La investigadora del Instituto de Clima y Agua del INTA Castelar, Stella Carballo, llegó a la conclusión de que, tras un ciclo neutro, las condiciones del océano Pacífico hacen prever una corriente del Niño de débil a moderada que favorecerá con lluvias la mayor parte de las zonas ganaderas del país
«Hay grandes probabilidades de que tengamos una corriente del Niño. Pero todavía no se conoce su intensidad, eso se resolverá recién a fines de junio», dijo la especialista.
Los ciclos húmedos, secos o neutros que ocurren en el Sudeste Sudamericano se definen por los fenómenos que se desarrollan en el océano Pacífico a partir de mediados de un año y persisten hasta la mitad del siguiente.
En particular, el Niño se produce por temperaturas superiores a lo normal en las aguas de la zona central ecuatoriana de ese océano.
Como consecuencia, hay amplias regiones agropecuarias del continente favorecidas con una mayor frecuencia de precipitaciones que derivan en registros por encima del promedio histórico.
«Hoy estamos transitando una fase neutra, eso significa que en los últimos meses la temperatura del océano ha oscilado en valores muy próximos a lo normal, pero no llegó a elevarse en uno o dos grados, como ocurre cuando se instala el Niño», analizó.
De cualquier modo, los lapsos en que el océano presentó valores ligeramente positivos favorecieron el ingreso de frentes a nuestro territorio, con lo que aumentó la probabilidad de lluvias.
«De hecho, octubre, noviembre y febrero últimos fueron muy llovedores», explicó Carballo.