La tecnología reduce un 80% las pérdidas. Minimiza el desarrollo de plagas y la humedad de los granos. En Entre Ríos, un molino almacena más de 14 mil toneladas de arroz sin alterar su calidad.
Técnicos del INTA trabajan para mejorar y extender el tiempo de guardado de los principales cultivos. La refrigeración artificial aumenta hasta cinco veces el tiempo seguro de guardado en silos y es una alternativa recomendable para las zonas calurosas del centro y norte del país. Esta técnica supera los resultados que se obtienen con el sistema tradicional de aireación.
“Para que el almacenaje sea seguro, es necesario que dentro del silo se registre baja temperatura y humedad”, indicó Rubén Roskopf, técnico del INTA Pergamino –Buenos Aires–. Los equipos frigoríficos se programan a una determinada temperatura de refrigeración que varía según el tipo del cultivo.
El enfriamiento artificial es capaz de disminuir la temperatura de los granos desde los 30 hasta los 15°C.
Algunos dispositivos ayudan a bajar el nivel de humedad de las semillas hasta 1,5%. El dato de temperatura es significativo si se tiene en cuenta que la reproducción de la mayoría de las plagas se limita por debajo de los 17ºC al igual que el daño que le ocasionan a los cultivos.
Si el grano se enfriara a 15ºC a partir de la refrigeración artificial, la pérdida de producción no alcanzaría a una tonelada y, por lo tanto, “sería un 80% menor respecto de los resultados obtenidos a través de aireación tradicional”, explicó Roskopf. A mayor registro de temperatura, se amplía la probabilidad de desarrollarse hongos e insectos.
El técnico calculó que “si un productor almacena mil toneladas de maíz al 15% de humedad y con una temperatura de 30ºC durante 70 días, perdería cinco toneladas de producción a causa de la respiración de los granos”. Además, deberían sumarse las pérdidas por la merma en la calidad del cultivo.
A medida que la temperatura de los granos aumenta entre cuatro y cinco grados, la respiración de las semillas se duplica y genera mayor calor. Esta situación se agrava en las zonas del centro y del norte del país –más aún en las épocas de verano–, debido a la elevada temperatura ambiente.
El sistema tradicional de aireación toma aire fresco del exterior y enfría los granos mediante la diferencia de temperatura que existe entre el interior del silo y el afuera. No obstante, Roskopf advirtió que cuando las condiciones climáticas son calurosas, los aireadores dejan de ser efectivos y es conveniente utilizar un equipo de refrigeración.
Ventajas competitivas
“Tuvimos muchas menos pérdidas por insectos, pudimos conservar la calidad de la mercadería y eso nos mantuvo el precio de mercado”, aseguró Martín Bourlot, representante del molino Caupolicán, ubicado en San Salvador –Entre Ríos–, que implementó el equipo de refrigeración para conservar arroz y lino orgánicos.
Según ensayos realizados en diferentes regiones por INTA Pergamino y por INTA Balcarce, un aparato con una capacidad diaria de refrigeración de 300 toneladas insume alrededor de 50 kw de energía eléctrica por hora y, en particular, registra un consumo específico de entre 2,5 y 4,1 kw/h por tonelada refrigerada. Sin embargo, esta cifra desciende en zonas menos calurosas y aumenta a medida que se pretende lograr granos más fríos o más secos.
La refrigeración artificial consiste en utilizar equipos frigoríficos que permiten acondicionar el silo de manera artificial y almacenar granos a una temperatura más baja que la ambiental. De acuerdo con la capacidad diaria de refrigeración, el valor de la tecnología oscila entre los 35 y los 200 mil dólares y se estima una tasa de recupero de dos años y medio.
Para conectar la unidad de refrigeración a los conductos de aireación del silo, el equipo cuenta con una manga térmicamente aislada que asegura el pasaje de aire. Como se vio en el caso del molino, son de fácil traslado y pueden desplazarse dentro de la planta de silos. Los equipos funcionan bajo diversas condiciones climáticas, incluso bajo la lluvia.
Una experiencia real
“Después de hacer una prueba con un aparato alquilado durante un año, nos dimos cuenta de que los granos se conservaban mucho mejor”, resumió Bourlot. Asimismo, el representante de la firma Caupolicán destacó la importancia de disminuir las fumigaciones como estrategia que ayuda a garantizar mayor seguridad de los empleados a la hora de manejar la producción.
El molino cuenta con más de 160 silos para el guardado de cereales y cada uno puede albergar hasta 90 toneladas de granos. Las unidades de almacenamiento se organizan en hileras de nueve silos y cada hilera se enfría durante una semana. Una vez completo el proceso de refrigeración de la última hilera, el equipo de refrigeración es reconectado a la primera.
De esta forma, Bourlot explicó que podían mantener refrigeradas más de 14 mil toneladas de cereal sin perder la calidad del granel. Tanto el arroz como el lino se guardan a una temperatura de 10°C. La empresa participa del programa del INTA Pro Arroz y se dedica a almacenar granos para una firma exportadora de cereales orgánicos.
“El uso del equipo es recomendable para períodos largos de almacenamiento”, subrayó Bourlot. El empresario dijo que algunas variedades de arroz se deterioraban en el transcurso de ciclos extendidos de guardado y destacó que el uso de la refrigeración artificial contribuyó a mantener la integridad de los granos de arroz.
En términos de costos, el técnico del INTA puso de relieve el ahorro que le significaba al productor reducir la dosis de agroquímicos en las fumigaciones y los gastos de secado.
Fuente INTA Informa