Organizadas por el grupo DGS en Rufino, las 5º Jornadas Internacionales de Actualización Ganadera incluyeron un panel sociológico sobre la actividad, entre otros temas técnicos destacados.
Un estudio realizado en establecimientos de ganadería vacuna del centro-oeste de la provincia de Buenos Aires concluyó que, sobre la demanda de trabajo para 20 productos, “en más de la mitad se observa una caída en la utilización de trabajo permanente –aportado por los trabajadores familiares y los empleados permanentes– a medida que aumenta el nivel tecnológico de las empresas”. Así lo expresó Guillermo Neiman, director del Centro de Estudios e Investigaciones Laborales del Conicet, durante las 5º Jornadas Internacionales de Actualización Ganadera para la Pampa Húmeda, organizadas en Rufino –Santa Fe– por el grupo Desarrollo Ganadero Sustentable (DGS), integrado por el INTA, el Ministerio de Producción de Santa Fe y las facultades de Agronomía y Veterinaria de la Universidad Nacional de Rosario.
De acuerdo con Martín Correa Luna, jefe del INTA Venado Tuerto y parte de la organización, las jornadas representan “un aporte en la actualización de tecnologías apropiadas para hacer un desarrollo sustentable de la ganadería y abordan temáticas referidas al análisis de la situación de los mercados ganaderos locales e internacionales, actuales y futuros, como así también sobre asuntos referidos a la problemática de los recursos humanos en la ganadería”.
En esa línea, para el director regional del INTA en Santa Fe, José Luis Spontón, “no solamente han de tenerse en cuenta los avances tecnológicos del rubro, sino también todo aquello que tiene que ver con el lado humano y social que contemplan este tipo de actividades, para tener una visión más sistémica de la ganadería”.
Además de la conferencia de Neiman, las jornadas contaron con exposiciones de expertos del país y del exterior, así como la firma de un convenio entre el grupo DGS, que contempla una diversidad de actividades que van desde el desarrollo territorial mediante trabajos de extensión hasta la elaboración de un proyecto ganadero regional para ser presentado a diferentes organismos con el objetivo de obtener financiamiento nacional e internacional.
«El trabajo agrario: problemas actuales y desafíos»
Con ese título, la exposición de Neiman estableció que, en la última década, la problemática del trabajo agrario obtuvo una mayor visibilidad en cuanto a la inserción y a las condiciones de la ocupación agraria. “El trabajo agrario en el marco de los procesos de reestructuración ha adquirido una significación mayor y distinta a la vez, tanto desde el punto de vista de las estrategias laborales de las empresas como por los comportamientos de los propios trabajadores”, afirmó.
En ese sentido, identificó aspectos a considerar con relación a la labor agraria nacional, donde es posible establecer una participación importante del trabajo asalariado. Según Neiman, existe “una proporción mayoritaria de los empleados que se concentra en unidades medianas, en el marco de una decreciente ocupación agraria asociada a cambios tecnológicos que generan notables aumentos de la productividad del trabajo, pero se mantienen condiciones de empleo deficientes de los trabajadores, principalmente entre los ocupados en forma temporaria”.
A su vez, Neiman afirmó que, a partir de la intensificación tecnológica en la agricultura, se empezó a prestar atención a la magnitud y a las formas en que el cambio técnico afectó la demanda de mano de obra, generalmente reduciéndola. “Crecientes requerimientos de calidad de la producción introducen a su vez nuevos requisitos de calificaciones y de competencias”, dijo el especialista.
Drenaje y problemáticas del suelo
También durante las jornadas, Sergio Montico, de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Rosario, disertó sobre “El diagnóstico territorial ante los problemas de drenaje”. En base a estudios realizados por las FAO, explicó que “a nivel mundial y en relación con la superficie agrícola, la Argentina es el país con mayor superficie de suelos sódicos en ambientes mal drenados”.
Montico resaltó la importancia de realizar diagnósticos de suelos para producir más eficientemente sin correr riesgos. Esos análisis, agregó, son imprescindibles para tomar decisiones en relación al lote.
“En nuestro país se analizan, aproximadamente, de 140 a 160 mil muestras de suelo por año, lo que significa un número muy bajo”, dijo Montico, quien luego destacó algunas limitantes a la producción de suelos en ambientes mal drenados: compactación de suelo, baja permeabilidad, alteración de la fertilidad del suelo, desbalance hídrico, salinización de los suelos, entre otras.
Por otra parte, el especialista enfatizó en impactos positivos de la ganadería sobre el suelo, como los aportes que el ganado hace en cuanto a la cobertura y rigurosidad del suelo; a la captación, retención y almacenamiento de agua; a la actividad de la micro, meso y macrofauna, como así también con sus contribuciones a la biodiversidad edáfica. En este sentido, Montico señaló que, sumado a una rotación de usos del suelo con participación de pasturas, la productividad podría aumentar a lo largo del tiempo, aportando a la sustentabilidad del piso y evitando una mayor degradación.
Fuente INTA Informa