Especialistas del INTA recomiendan un suministro diario de tuna en la dieta de cabras y vacas para reducir su consumo de agua en épocas de sequía. Este cultivo se adapta a diversas regiones y es de bajo costo.
En la Argentina, las tierras secas representan el 75% de su superficie y concentran la totalidad de caprinos y camélidos del país, el 80% de los ovinos y el 40% de los bovinos. Dada su importancia económica, resulta fundamental la búsqueda y la adopción de buenas prácticas que ayuden a aprovechar la escasa agua disponible.
Especialistas del INTA recomiendan incluir un suministro diario de tuna en la dieta de cabras y vacas, dado que reduce entre un 40 y un 60% el consumo de agua por parte de los animales. La técnica tiene bajos costos de implementación y permite destinar ese ahorro de agua al consumo humano o para reserva.
“Es una herramienta útil para suplir la necesidad de agua de cualquier especie que se adapte, ya sean cabras u otro tipo de ganado como el bovino”, señaló Aldo Smeriglio, técnico del INTA Las Breñas –Chaco–, al tiempo que destacó el aporte de esta alternativa para las zonas semiáridas donde la sequía es una problemática recurrente.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura (FAO), más de un tercio del total del agua dulce presente en el mundo se encuentra en Latinoamérica. Sin embargo, su disponibilidad no es universal, ya que la falta de acceso al recurso en el medio rural es cinco veces mayor que en las urbanas.
Con respecto al suministro, Smeriglio aconsejó acostumbrar al ganado a consumir tuna desde pequeño, aunque aclaró que, en el caso de padecer hambre, el mismo animal “comenzará a buscarla instintivamente por su alto contenido de agua”.
Una vez adiestrado, la tuna se sirve trozada en forma de cubitos con un poco de sal a fin de mejorar su palatabilidad y se coloca en las bateas.
“La ración se ajusta según las necesidades del animal, pero, en general, cada uno puede consumir entre tres y cuatro pencas por día”, indicó.
Asimismo, remarcó que si bien este recurso no registra contraindicaciones para el bienestar de las cabras, la dieta debe ser complementada con alimento balanceado, maíz o alfalfa, dado el bajo nivel de proteínas que aporta esta especie vegetal. De igual modo, advirtió que la tuna sólo reduce el consumo de agua y no la reemplaza.
Fácil de producir
En el caso de la experiencia chaqueña, se utiliza una especie de origen italiano que no tiene espinas, lo cual facilita el consumo y el acostumbramiento de los animales. Según las indicaciones del técnico, es conveniente mantener al ganado alejado de la plantación y evitar que coma desde la planta, por los desperdicios que se generan.
En cuanto a su producción, la tuna se adapta a una amplia diversidad de zonas –siempre y cuando no sufran anegamientos– y su cultivo no genera gastos por implantación o fumigación con relación a otro tipo de forrajes.
“Se cortan las pencas, se entierran hasta la mitad y ya directamente echa raíces”, detalló Smeriglio en referencia a la modalidad de siembra. Por último, señaló que “desde el INTA, se trabaja en esta producción a fin de facilitársela al productor sin costo y permitirle comenzar con su propia plantación”.
Fuente INTA Informa