El martes, poco antes de las 15, Javier se encontraba acomodando unos autos en la playa de estacionamiento ubicada en Lisandro de la Torre y San Jerónimo.
“Estos movimientos los tengo que hacer porque a los dueños de los vehículos les gusta que su auto quede a la sombra. Entonces, algunos nos dejan la llave del coche”, dijo hoy Javier en diálogo con este diario.
Pero ni bien terminó de acomodar uno de los rodados, el playero advirtió que una mujer salía desde el interior de la casilla donde habitualmente se cobra y se entregan los tickets.
De la intrusa se supo que tiene entre 50 a 55 años. Es de complexión robusta y luce cabellos cortos castaño claro. También que vestía de manera formal y elegante.
—¿Señora en qué la puedo ayudar ? -fue la pregunta que lanzó Javier como un primer intento por averiguar qué estaba ocurriendo.
Sin dar muestras de sorpresa la mujer replicó preguntando si el era el dueño del vivero que se encuentra al lado del estacionamiento. Ante la negativa del trabajador la mujer agregó que quería saber a qué hora abre el negocio de las plantas y las flores.
Un vasito de agua
A todo esto, la atrevida comenzó a caminar en dirección a la salida del estacionamiento y antes de tomar contacto con la vereda le informó al playero: “ah… te saqué un vasito de agua del dispenser”. Dicho esto, se retiró del lugar.
Segundos después el trabajador ingresó a la oficina y tras una breve mirada advirtió que faltaba una billetera que contenía una importante suma de dinero, por lo que se lanzó en persecución de la mujer.
Para esta parte, la timadora ya se encontraba a bordo de un moderno Ford Focus, color bordó, el que había dejado estacionado en San Jerónimo, frente a la entrada de un conocido gimnasio.
Desesperado, el playero intentó abrir la puerta del acompañante pero la mujer se lo impidió accionando los cierres automáticos del coche. Acto seguido, la rufiana puso en marcha el vehículo y se alejó a toda velocidad en dirección hacia el sur.
Sorpresa y media
Como es lógico suponer, la víctima comunicó lo acontecido al 911 que, en cuestión de minutos, diagramó un operativo del que tomaron parte numerosas unidades.
La movida llegó a buen puerto rápidamente cuando una de las patrullas interceptó el Ford Focus en J. J. Paso y Saavedra, donde se detuvo a su conductora.
En dicha circunstancia, se originó una tensa situación por cuanto la mujer se negaba a descender del vehículo. Sin embargo, poco después la mujer salió del habitáculo y los uniformados pudieron requisar el coche, desde donde secuestraron la billetera con el dinero.
Como es de rigor, la implicada fue trasladada hasta la seccional 1ª para proceder con los trámites identificatorios. Y fue en esta parte donde se produjo una nueva “sorpresa”. La mujer resultó ser una docente jubilada, con domicilio en la ciudad de Esperanza.
Pero los sobresaltos no terminaron allí. Porque poco después, la imputada, para “mejorar” su situación, argumentó que estaba vinculada a un organismo de Derechos Humanos.
Finalmente, un familiar de la detenida se presentó en la dependencia policial y explicó que la imputada estaría bajo tratamiento psiquiátrico.
Fuente El Colono del Oeste