Por diversos motivos que castigaron la campaña, se anticipa una merma de 15.000 hectáreas menos (30 % del área arrocera) para el año que viene. Terminando la cosecha, todos coinciden en que éste es el peor balance de los últimos años, y que impactará duro en la economía de la región.

En la provincia de Santa Fe el cultivo de arroz venía mostrando un crecimiento sostenido en el área sembrada, que elevó las 6.000 hectáreas de 2001 hasta las 45.000 del año pasado. Pero esa tendencia alcista parece haber llegado a su fin. De hecho, el año que viene se dejarán de cultivar 15.000 hectáreas, reduciendo el total a 30.000 (por lo menos), según coincidieron las fuentes consultadas esta semana por Campolitoral.

“Estamos en el peor de los escenarios”, dijo Gabriel Perusini, encargado general del Molino San Roque, uno de los emprendimientos más fuertes de los últimos tiempos en la zona. “Nosotros les vendemos a Dreyfus, Bunge, Adecco y el mismo Pilagá, pero ninguno está exportando. Al arroz cáscara nadie lo quiere comprar y si lo compran es con precio a fijar. Respecto de los rindes, este año vamos a perder plata, aún suponiendo un arroz a $ 2. Hoy no hay compradores, el mercado exportador está desaparecido porque no se exporta nada”, disparó.
San Roque desde sus inicios se definió como un emprendimiento mixto, que arrancó como ganadero de ciclo completo (cría del macho para exportación y vaca gorda) y con le tiempo fue incorporando el arroz para diversificar.

“Arrancamos el molino en 2008; dos años después le agregamos otra línea y ahora estamos montando un molino cero kilómetro que va a poder elaborar 8 mil kg. de arroz por hora, contra un solo camión por día que estamos procesando actualmente”, dice en referencia a la millonaria inversión realizada a la vera de la Ruta 1 en el km. 125 de Colonia Mascías.
Según Perusini, la industria molinera suele tener períodos donde flaquea por falta de demanda, pero nunca fue tan largo como ahora. “Desde octubre que no trabajamos en serio y en forma continua haciendo muchos camiones. De seguir así, tendremos un molino hermoso pero parado”, manifiesta con resignación.

No sabemos a quién más llamar: los exportadores y el mercado interno. Es difícil porque tratamos de imponer nuestra marca y estamos explorando la posibilidad de fassonear, pero tampoco te dan bolilla”. Según Perusini el mercado interno está sobreofertado y los países vecinos están parados como compradores. A Chile, por ejemplo, le resulta más barato importar arroz asiático que comprar arroz santafesino. Increíble.

El rinde sigue cayendo

Para Perusini, este año el “combo fatal” para el arroz tiene varias aristas: la calidad es mala, los rindes son malos, y el arroz colorado ya no se puede controlar. “Es una especie invasiva que se multiplica cada año. Llega un momento donde ahoga al arroz y lo termina tumbando, mermando rinde y calidad. Además, un punto de arroz colorado castiga por dos de factor. Si bien estuvo históricamente controlado (incluso con una variedad de Clearfield en los 90), hoy ya no se puede hacer. Este año incluso intentamos con un laboreo leve pero tampoco resultó”, se lamentó.

Según le Informe SEA, la cosecha esta llegando a su fin gracias al buen tiempo que acompañó ésta última semana, en su mayoría los productores chicos ya han terminado, mientras que quedan unas últimas hectáreas de aquellos que sembraron más de 1.500 hectáreas. “El proceso de cosecha presenta un grado de avance aproximado al 96%, representando unas 42.300 hectáreas, con un progreso intersemanal de 16 puntos y una diferencia de 15 puntos adelante con respecto a la campaña pasada 2013/2014. Los rendimientos, como era de esperar al acercarnos al final, están descendiendo. Fue una campaña castigada por las condiciones climáticas en pleno desarrollo del cultivo y eso se reflejó en los rendimientos promedios de 4.800-5.000 kg/ha.”, sostiene el informe de la Bolsa santafesina.

¿Cartelización?

Quienes denuncian llevarse la peor parte de este escenario son los productores. Los integrantes de la Asociación de Productores de Arroz de Santa Fe (ASPA), denunciaron a Campolitoral el problema de la producción, expresado en la caída de la calidad y del rinde. “El problema del arroz colorado castiga doble por cada punto de caída de calidad” denuncia Raúl Bugnón, para quien la baja calidad y la baja de rinde se suman al bajo precio del arroz cáscara ($1.80), siendo que además los molinos no reciben la mercadería y están retirados del mercado. “Si tenés más del 2 % de colorado te mandan de vuelta el camión, con todos los trastornos que ello implica. Son todos pretextos que nos provocan una merma del 15 al 20 % por descuento en el precio final de nuestra producción”, dice.

“Hay un pacto de sangre entre los exportadores para acordar y destruir a los productores”, asegura Rubén Favot. “Los Molinos quieren llevar a $ 30 el kilo de arroz al ama de casa para el año que viene”, agrega.

“La producción está por debajo de la condición cámara por cuestiones climáticas; por el bajo rinde por exceso de lluvias; y por el bajo precio al productor. Además los exportadores están retirados de la compra aduciendo el retraso en el tipo de cambio. Y en la góndola el consumidor lo sigue pagando cada vez más caro. Hoy no conseguís nada de buena calidad a menos de $ 14. Entonces hay un diferencial de precio entre lo que recibe el productor versus lo que paga el consumidor de hasta 7 veces”, dice Favot. “Y el arroz que se pagaba $ 2.800 bajó a $ 1.800 sin mediar ningún factor bajista en el mercado”, agrega. “Si hablamos de una reducción del área del orden de 30 %, son 15.000 hectáreas menos que se sembrarán con el consiguiente impacto en la economía regional”. Además, se quejan del programa “Precios Cuidados”, donde no se consigue el kilo de arroz de marca a menos de $ 14. “Para fijar ese precio se tuvo en cuenta un precio de $ 2,50”, dicen. Para el año que viene, el impacto se trasladará a toda la cadena: son 90 millones de kilos menos, unos 3.000 viajes menos de camión.

Como propuesta, los productores saben lo que quieren. “Entendemos que debemos retomar la exportaciones de arroz cáscara a Venezuela, a donde el sector ya envió 25 barcos. El problema es que demoran entre 30 y 60 días en pagar. Pero si un barco de arroz cáscara vale U$S 12 millones y los productores no pueden aguantar ese plazo, necesitamos que el Gobierno preste esa plata a las entidades arroceras. Con eso nosotros ya arrancamos con una pequeña exportación y empezamos a vender el arroz con otra salida porque el mercado interno está parado y el consumo está abastecido (consumimos el 40 % de lo que producimos). FEDENAR ya lo hizo y es una unidad de negocios que funciona”, aseguran.

Finalmente, lamentan que la iniciativa en conjunto con el puerto de Santa Fe haya fracasado. La secadora que instalaron los productores se tuvo que vender por una sucesión de malos manejos en la operatoria. “Es una economía regional que está quebrada”, sentencian. Finalmente se ilusionaron con una próxima reunión con el Jefe de Gabinete de Ministros, Aníbal Fernández, a quien tienen pensado proponerle dicha iniciativa.

Coincidencias

El ingeniero Rodolfo Vicino, titular de la oficina local del Ministerio de la Producción, coincidió en señalar que “no ha sido buena la campaña”: el clima y los problemas agrónomicos pegaron en los rindes; y el mercado dejó sin precio al grano, que al combinarse con el incremento de los costos derivó en rendimientos de indiferencia elevados, incluso mayores a los del año pasado.

Recordó que al inicio de la campaña las precipitaciones demoraron la siembra y la aplicación de fertilizante y herbicidas. Luego avanzó la siembra pero las lluvias de enero “agarraron muchos lotes en fecundación y llenado de grano”. Al momento de la cosecha las demoras hicieron descender demasiado la humedad en el grano y esto elevó el porcentaje de “partidos”, disminuyendo la calidad (que se penaliza en el precio). En cuanto al problema del arroz colorado resistente, coincidió en que fue “un elemento clave” porque el “control es nulo”. De tal modo, los rendimientos promedio se ubican -con la cosecha casi finalizada- en 4.800kg/ha.

El problema de la maleza pone en riesgo la actividad arrocera, ya que la única alternativa para evitarlas es “abandonar los campos” infestados. Sin embargo, el técnico adelantó: “estamos tratando de evaluar alternativas, pero tardarán 3 o 4 años, excepto una droga nueva”. En tal sentido anticipó que en la próxima campaña ensayarán la siembra con arroz pregerminado, que consiste en remojar entre 24 y 48hs las semillas para luego sembrarlas por avión sobre lotes inundados. De este modo podría evitarse el nacimiento del colorado. Se trata de “una práctica muy corriente en EE.UU. y en Santa Catarina, pero que requiere terreno nivelado”.

Por otra parte, si bien aclaró que “cada chacra tiene el suyo”, Vicino calculó que el rinde de indiferencia en esta campaña “puede ser un promedio de 5.200kg/ha”. Incluso “es mucho más alto que el año pasado”, cuando el arroz se vendió entre $2.40/2.80 y hoy vale $1.80/2.00. En tales circunstancias, estimó que “el productor que está endeudado no puede seguir, es inviable la explotación, calculo que quedará gente en el camino” y coincidió en que el área “se va a reducir el área un 30%”.

El mayor problema del precio radica en que no hay mercado exportador y la plaza doméstica está sobre estoqueada. “Hay un carry over (existencias) muy grande de la campaña pasada, en enero eran unas 400.000tn de cáscara, equivalente al consumo total del país, que son unas 280.000 toneladas de elaborado (7/kg/habitante/año)”.

Fondos directos de Nación para arroceros

El presidente de ASPA, Mauricio Baumgartner, participó el jueves 9 de abril de la firma de convenios que hizo el Ministerio de Agricultura de la Nación con municipios y comunas santafesinos, a los que se enviarán fondos para asistencia a productores.

El directivo indicó que la entidad arrocera recibirá dos desembolsos, uno de un millón de pesos para conformar un fondo rotatorio con el cual otorgarán créditos a productores con una tasa de interés reducida; y otro, de unos $800.000, para comprar bombas de bajo levante. Desde la cartera agropecuaria aún no definieron cuando harán ambos desembolsos. Baumgartner dijo que “hablaron de 3 o 4 semanas”. También indicó que una partida saldrá de presidencia y otra del ministerio.

El empresario Juan Bauducco, fundador del molino arrocero de Romang, reactivó las instalaciones a comienzo de año tras haberselas comprado a la empresa a Molinos Rio de La Plata. El ahora bautizado Molinos Arroceros del Litoral SA (Malsa) comenzó la nueva etapa apoyado en una alianza estratégica con la firma Maxiconsumo para la colocación de arroz elaborado y envasado en el mercado local, lo que en cierta medida lo fortalece frente a los problemas que le generan al sector el atraso cambiario (incluso la devaluación de Brasil) y la pérdida de competitividad en el negocio exportador.

Con una capacidad instalada para elaborar entre 80.000 y 90.000 toneladas, el molino comenzó a operar a fines de enero con una apuesta fuerte al fraccionamiento. Para ello invirtió en nuevas máquinas envasadoras, en las que se fracciona con las marcas de su socio (Molto y Marolio) y ocupa entre 30 y 35% de la capacidad. “Lo que es mercado interno, con las dos líneas que tenemos contratadas tenemos las envasadoras trabajando a buen ritmo e incluso invertimos en ese sector porque la dueña anterior se llevó 3 de las 5 máquinas que había, por lo que hubo que comprar nuevas”, explicó Bauducco a Campolitoral. “Estas inversiones suman frente a la evolución del precio que tenemos”, agregó. De todos modos consideró que “es fundamental la exportación” porque es imposible que la Argentina consuma las 1.4 millones de toneladas que se producen.

El dato: San Javier I en proceso de ajuste

Esta campaña se sembraron una 5.000 has. con San Javier I, la variedad desarrollada por Rodolfo Vicino, quien concluyó que, al margen del clima y las malezas, no arrojó los resultados que esperaba por un error en la densidad de siembra. Si bien tuvo un rinde medio de 6.000kg/ha, su creador esperaba 1.000 kilos más. “Se sembró poca semilla porque es más pesada”, indicó. Al usarse la misma medida que en otras variedades (100kg/ha en promedio) hubo una menor cantidad de plantas a la ideal. Por eso, “los lotes que mejor anduvieron fue porque sembraron 20% más y dieron 7.000kg/ha. “Estamos ajustando el manejo”, aceptó.

Fuente El Litoral