Lo aseguró Francisco Anglesio, presidente del INTA, en el inicio de INTA Va, encuentros que promueven la transformación local de las materias primas. El nuevo ciclo arrancó en Jujuy con la experiencia de Codepo.
Ante una veintena de intendentes y comisionados municipales de la provincia de Jujuy y más de 250 asistentes, el programa INTA Va arrancó el segundo ciclo de capacitaciones, tras los seis primeros encuentros realizados en Santa Cruz durante 2014.
“Con este programa, que hemos lanzado con éxito en el sur, ponemos en valor una de nuestras políticas más importantes: darle al productor la herramienta transformadora para mejorar su calidad de vida, el arraigo de su familia y crear nuevos puestos de trabajo”, dijo Francisco Anglesio, presidente del instituto, durante la apertura del encuentro.
Se trata de una serie de jornadas formativas organizada por el INTA para promover la transformación local de las materias primas. Con una dinámica que combina charlas y debates técnicos –conducidos por especialistas del organismo–, en esta oportunidad se presentaron dos emprendimientos productivos de la región.
El funcionario, quien destacó la interacción entre la universidad, la provincia y el INTA, precisó que es necesario “pasar de la concepción de haber sido el granero del mundo a ser un país que produce alimentos que cada día serán más demandados”.
En tal sentido, Anglesio expresó: “Tener mayor productividad de alimentos significa ser más intensivos en el uso de las tierras, utilizar el riego, variedades con mayor rendimiento o bien el valor agregado en origen, que es una herramienta fundamental y transformadora, que no sólo produce un aumento de la capacidad de saldo exportable de la Argentina, sino también un aumento en el empleo en los territorios”.
“El valor agregado en origen significa arraigo y es una política de Estado muy importante”, dijo José Minetti, director del Centro Regional del INTA en Salta y Jujuy, para quien ese fenómeno “implica mayores oportunidades para los pueblos”.
En la misma línea, Minetti consideró: “Es sinónimo de agroindustria, de transformación. Entendemos que en el genoma de la producción jujeña está el agregado de valor en la agroindustria, pero también existe el desafío de llevarlo a la agricultura familiar y a los pequeños productores”.
A su vez, de acuerdo con el director, el programa INTA Va “busca sumar y corroborar el trabajo y la voluntad de articular con los intendentes, quienes están en contacto y conocen las demandas más sentidas de los productores”.
Además de Anglesio estuvieron presentes José Catalano y Eliseo Monti –vicepresidente y director nacional del INTA, respectivamente–, Gabriel Romanovsky –ministro de la Producción de Jujuy–, Rodolfo Tecchi y Jorge Schinpf –rector y vicedecano de la Universidad Nacional de Jujuy, respectivamente–, Alfredo Simón –secretario de Desarrollo Productivo– y autoridades locales del instituto.
Una experiencia que transforma
En la localidad jujueña de Cieneguillas, a unos 70 kilometros al Oeste de La Quiaca, la cooperativa para el Desarrollo de la Cuenca de Pozuelos (Codepo) que agrupa a 32 productores de llamas y ovejas, cuenta con frigorífico propio con capacidad para faenar hasta 140 animales por día.
Además, instalaron una planta para el procesamiento de fibras y lanas. Rubén Vilca, presidente de la Codepo, destacó el rol de la cooperativa como “la única manera de poder trabajar en pos de un objetivo común, que es el de valorar el producto y las actividades que llevan adelante los trabajadores de la Puna”.
En el noroeste Jujuy, tanto las llamas como las ovejas se crían en los pastos naturales de la Puna. “Cuando los recursos forrajeros naturales son escasos, ayudamos a los socios con la entrega de algún suplemento forrajero como el afrechillo de trigo o grano de maíz, para mantener el estado corporal de los animales”, señaló Vilca.
Con el apoyo de la Cooperativa, los productores de la región faenan y comercializan los animales en un frigorífico que cuenta con las normas sanitarias establecidas por el Senasa para tránsito provincial.
Con el foco puesto en conseguir nuevos mercados, trabajan para conseguir la habilitación Nacional.
El frigorífico de la Codepo cuenta con una sala de faena, sala de desposte y cámara. Además, cuentan con un adecuado manejo de efluentes. “Se separan los sólidos y se bombea la parte líquida. Los sólidos, luego de pasar por dos piletas, son enviados a la cama de lombricompuesto, donde se degradan los restos orgánicos y se transforman en un sustrato de alto valor comercial”, expresó Vilca quien aclaró que “este año se comenzará con la venta de sustrato a viveros de la región”.
De acuerdo con el Presidente de la Codepo, si bien la comercialización de la carne de camélidos y ovina de la puna se viene trabajando desde hace tiempo, la intención es apostar a seguir creciendo.
“Próximamente se iniciará la construcción de una planta de embutido y chacinado, con la finalidad de proporcionarle un valor agregado al producto”, aseguró.
Asimismo, la Cooperativa cuenta con una planta de procesamiento de fibras y lanas, donde hacen una primera clasificación. “Desde hace un tiempo, brindamos el servicio de esquilado a los productores de la región, tanto de ovejas como de llamas”, indicó el Presidente quien agregó: “Si bien, la comercialización de la carne es muy importante, las posibilidades que aparecen de crecer en la cadena de valor a partir de las lanas y las fibras no tienen techo”.
En la actualidad, la Cooperativa cuenta con el apoyo de instituciones como el Senasa, Control Comercial de la Provincia de Jujuy, el INTA, los municipios de la región. “Tenemos el acompañamiento muchas instituciones y hemos puesto mucho empeño en respetar todas las normas porque queremos estar a la altura de cualquier otro producto cárnico, para que la economía de la región se fortalezca”, afirmó Vilca.
Fuente INTA Informa