Hondo pesar causó no sólo en la comunidad educativa, sino en el pueblo entero,  la noticia del fallecimiento de quien fuera en vida el Director de la que todos conocemos como Escuela Láctea.

Pasado el mediodía de hoy se dio a conocer el triste suceso. Roberto fue alumno ejemplar , dicho por sus compañeros, de este establecimiento que lo vio egresar en la promoción del año 1979, luego hizo 6to año para completar aún más sus conocimientos.

Tal era la inquietud por descubrir nuevos horizontes que finalizado lo antes señalado y luego de una breve pasantía; comenzó a dar clases en la escuela que lo contuvo en su adolescencia. El oriundo de Coronda no se quedó sólo con eso, comenzó paralelamente a estudiar medicina veterinaria en Esperanza, otra  de sus pasiones.

Pudo desarrollar luego de un tiempo prudencial  ambas actividades sin descuidar todo su entorno.

Como profesor llevó una carrera coherente a sus pensamientos, siendo muy joven aún le llegó la posibilidad de realizar un interinato como Director de su amada Escuela Láctea, algo tal vez no pensado, pero no por eso le quitó responsabilidad sino todo lo contrario.

Hoy se encontraba nuevamente como Director desde hace 6 años , también estaba explorando en el ámbito veterinario otra facetas, tal es así que desarrolló un implemento para una de sus perras, que lo extrañará por cierto, para que la misma pueda caminar. Debido a la enfermedad del animal no podía mover sus miembros posteriores y éste implemento le cambió la vida considerablemente según los dichos del inventor.

Horas y horas pasaríamos contando actos realizados por Roberto y cuestiones que lo ligaban a lo profesional , nos quedaremos con la actitud de un corondino que vino buscar un horizonte, a forjar su futuro en estos lares y se quedó como un franckino más trabajando y luchando por lo que amaba.

Coronda lo vio nacer y dar sus primeros pasos, Franck lo cobijó y lo vio hacerse hombre, un hombre noble sin dudas. Que es paz descanses Roberto.

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