Con el 50 % de los nutrientes de la leche, el permeado del lactosuero –remanente de la producción– surge como una alternativa económica y un complemento para sumar a las dietas.
Mientras los especialistas discuten cómo aumentar la producción para alimentar a los millones de habitantes del planeta, la mitad del lactosuero obtenido de la industria quesera en la Argentina se desperdicia. Y esto sucede, a pesar de que este subproducto contiene el 50 % de los nutrientes de la leche original y posee un alto impacto contaminante. En este sentido, técnicos del INTA y del INTI lo proponen como alternativa para alimentar al ganado. Esta iniciativa se mostrará en Mercolátea 2015 del 2 al 4 julio en el Centro Metropolitano de Convenciones de Rosario, Santa Fe.
Roxana Paez –técnica del Laboratorio de Calidad de Leche y Agroindustria del INTA Rafaela, Santa Fe– se refirió al permeado lactosuero como un “insumo de gran utilidad para la alimentación animal” y ponderó los beneficios de transformarlo en biomasa de levadura: “Esta iniciativa permite revalorizar un subproducto de la industria quesera y minimizar su impacto ambiental”.
Y explicó: “El suero lácteo es la fracción de la leche que no forma una materia sólida, es decir que no precipita en el proceso de elaboración de quesos y que representa entre el 80 y 90 % del volumen total de la leche que entra en el proceso de elaboración”.
Por su parte, Ariel Massera –colega de Paez en el INTA Rafaela– se refirió al proceso desarrollado para convertir el permeado de lactosuero en biomasa: “En primer lugar, mediante la aplicación de tecnologías de membrana (ultrafiltración y nanofiltración), logramos separar las proteínas presentes en el lactosuero, las cuales constituyen un producto que, actualmente, algunas industrias comercializan”.
Sin embargo, este proceso deja como resultado el permeado. Se trata de un subproducto compuesto por la lactosa, las sales y el líquido con un alto poder contaminante, debido a que la lactosa es un azúcar con alta demanda bioquímica de oxígeno.
“De allí la importancia de la iniciativa que impulsamos junto a los técnicos del INTI de transformar el permeado en biomasa de levadura”, argumentó Massera.
De acuerdo con María Belén Pirola –otra de las investigadoras del desarrollo y técnica del INTI Lácteos– “este logro permite revalorizar, generar un destino seguro y disminuir la contaminación ambiental para estos subproductos de la industria quesera, al tiempo que se genera una materia prima de mayor valor agregado, como es el caso del complemento de alimentos para animales”.
De desecho a complemento
Como resultado de la bioconversión, se obtiene una biomasa que contiene entre un 48 y un 52 % de proteínas con una composición equilibrada de aminoácidos esenciales. Además, es rica en lisina y vitaminas del grupo B, ideal para ser utilizada como complemento en alimentación animal.
A fin de aprovechar el permeado, los investigadores se basaron en la bioconversión de sus componentes mediante aplicaciones biotecnológicas. Para ello, realizaron el cultivo aeróbico de microorganismos sobre un medio de cultivo a base de permeado, lo que redujo entre un 90 y un 95 % la demanda biológica de oxígeno.
Para esto, se utilizaron levaduras del género de Kluyveromyces, consideradas entre las más adecuadas para la transformación de la lactosa del permeado. A su vez, son microorganismos de gran interés industrial por su capacidad para producir biomasa o metabolitos como enzimas o etanol, que tienen un mayor valor agregado.
Las cepas de levaduras de las especies K. marxianus y K. lactis utilizan la lactosa como fuente de carbono y la convierten en biomasa de levadura. Ver Infografía.
Fuente INTA Informa