El INTA, junto con la empresa Y-TEC y la Universidad de Luján, creó una red con 30 estaciones en todo el país que permitirá evaluar de proyectos agronómicos e instalar plantas solares que generen energía eléctrica.
En la Argentina, la investigación sobre el potencial de las energías renovables para la producción agropecuaria está en pleno desarrollo. De hecho, el INTA busca armar un mapa sobre la disponibilidad real de la radiación solar, a partir de la instalación de estaciones en todo el país. Con esta información, los investigadores procuran disminuir el margen de incertidumbre en la evaluación de proyectos agronómicos o para la instalación de plantas solares de generación eléctrica.
Andrés Moltoni, especialista en electrónica del Instituto de Ingeniería Rural del INTA y responsable técnico del proyecto, señaló que la Argentina se encuentra entre los países líderes en medición de energía solar en América Latina. “Desde el Estado se busca evaluar con precisión las posibilidades económicas reales de la generación de energía eléctrica por centrales fotovoltaicas o solares térmicas, mediante la construcción de una red capaz de generar dicha información”, agregó.
En este sentido, el Instituto busca generar un mapa de radiación solar nacional. Para esto, “debemos conocer los números exactos que se registran en todo el país”, aseguró Moltoni quien agregó: “Con esta información, la Argentina tendrá cuantificada la radiación solar de todo su territorio”.
Gracias a la articulación entre la Universidad Nacional de Luján (UNLu) –Buenos Aires–, Y-TEC –empresa de tecnología creada por YPF y el Conicet– y el INTA, se creó el Sistema Argentino de Evaluación de Energía Solar (Enarsol). La red, que estará completa en 2016, tendrá 30 estaciones interconectadas para la medición de la radiación solar en todo el país, con transmisión de datos en tiempo real.
Para Oscar Pozzolo, director del INTA Concepción del Uruguay –Entre Ríos– y coordinador del proyecto Enarsol, “esta red tendrá la capacidad de generar información relevante y estratégica no sólo para el sector energético sino también para el agropecuario”. De esta manera, para diversificar la matriz de generación eléctrica en la Argentina, los emprendimientos ya no deberán recurrir a información histórica o parcial sobre valores de radiación.
El proyecto Enarsol, recientemente seleccionado como caso de éxito por la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, y el más importante de esta línea de trabajo, recibió por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva a través del Fondo Argentino Sectorial (Fonarsec) más de $12 millones para el financiamiento de las actividades.
La red ya cuenta con 10 nodos instalados en Buenos Aires, Entre Ríos, Córdoba, Río Negro, Corrientes y Misiones. “Extender esta red es el próximo paso a implementar”, aseguró Pozzolo. “Estos puntos formarán la red nacional que, sumadas a las estaciones que ya operan en la Universidad de Luján y el INTA, evaluarán una de las fuentes de energía renovables de mayor adopción”, expresó Pozzolo.
En tiempo real
Los sensores instalados en distintas unidades experimentales del INTA y en la Universidad Nacional de Lujan, brindarán datos continuos y precisos sobre la radiación solar que se registra en la superficie terrestre.
Raúl Righini, investigador de la UNLu, señaló que una de las principales ventajas de la energía solar es que le puede permitir a una comunidad rural acceder a la electricidad en zonas alejadas. Para esto, “es importante saber dónde están los niveles más altos de radiación solar y cómo están distribuidos a lo largo del año”.
El proyecto, que cuenta con instrumental de primer nivel, tiene como objetivo obtener información precisa para el aprovechamiento energético. “Esto nos va a permitir evaluar y dimensionar proyectos a futuro, como la instalación de centrales fotovoltaicas”, ejemplificó Righini.
Cada una de las estaciones medirá y almacenará de manera continua, y en tiempo real, la información. “Mediante el uso de piranómetros y de traqueadores, que siguen al sol en todo su trayecto, vamos saber con precisión la energía y radiación directa que llega a la tierra”, indicó Righini. En este sentido, Righini aseguró que “contar con el INTA es fundamental porque gracias a su amplia distribución geográfica podemos llegar a todas las regiones del país”.
La importancia de medir un recurso natural Esta iniciativa, que busca establecer cuál es la radiación real en cada punto medido, tiene como objetivo disminuir el margen de incertidumbre en la evaluación de proyectos agronómicos y para la instalación de plantas solares para la generación eléctrica.
“Debido a la importancia agronómica de esta información, en la primera etapa, se buscó instalar equipos para cubrir la mayor parte del territorio nacional”, dijo Moltoni. De acuerdo con Darío Fernández, especialista del INTA Alto Valle –Río Negro–, la información suministrada por el desarrollo será de gran utilidad para la caracterización estacional de la radiación en la región.
“Esta información es el insumo básico para el cálculo de índices agropecuarios como la evapotranspiración de los cultivos, modelos de eficiencia fotosintética y productividad, modelo para el control del golpe de sol en manzanas y peras, para el diseño de las estructuras y el manejo de cultivos en invernadero, entre otros”, explicó Fernández.
Para Emilio Bianchi, especialista del INTA Bariloche –Río Negro–, son pocas las estaciones meteorológicas que cuentan con esta información. La fotosíntesis es una de las variables más importantes que se mide en diferentes ensayos y a campo. Por esto, “contar con los datos de radiación en tiempo real es muy valioso”, indicó.
Fuente INTA Informa