La humedad es uno de los principales factores a tener en cuenta para minimizar las pérdidas. Técnicos del INTA Balcarce brindan recomendaciones de manejo en silos y silobolsas en un contexto de excesos hídricos.
Es sabido que el sudeste de Buenos Aires registró, en las últimas semanas, precipitaciones con valores extremos históricos que pueden afectar el almacenamiento de granos tanto en silos como en silobolsas. En este contexto, técnicos del INTA Balcarce brindan una serie de recomendaciones a fin de minimizar las pérdidas.
De acuerdo con Ricardo Bartosik, técnico de la EEA Balcarce, “el primer factor que favorece el desarrollo de hongos es la humedad”. En este sentido, explicó que si un silobolsa quedó en un lote anegado es muy probable que le haya entrado agua. “Entonces, habrá que tomar algunas medidas respecto al tratamiento de ese grano”, indicó.
Si se confirma que entró agua, habrá que esperar consecuencias negativas sobre el grano. Frente a esta situación, el especialista recomendó desarmar la bolsa y utilizarlo para alimentación animal, lo antes posible, para evitar que las pérdidas sean mayores.
Y sentenció: “No existe manera alguna de conservar un grano mojado en el tiempo, ni en silo bolsa ni en un silo convencional”.
Para el caso de que el daño no sea evidente, Bartosik sugirió utilizar el sistema de monitoreo de dióxido de carbono –tecnología desarrollada por una empresa argentina en convenio con el INTA y que está disponible en el mercado–.
“Así, mediante un simple pinchazo con una aguja en la bolsa tomaremos una muestra del gas y, de manera automática, sabremos si entró agua a la bolsa y se están desarrollando hongos”, explicó el técnico de Balcarce.
“Si el resultado es positivo, podemos tomar una muestra del grano con calador para confirmarlo y, en ese caso, sólo queda desarmar la bolsa y disponer del grano”, indicó Bartosik.
De lo contrario, la mercadería resultará afectada por el incremento de granos dañados por hongos, caída de peso hectolítrico y desarrollo de olor con altas posibilidades de que las pérdidas sean totales.
Los silos tampoco se salvan
Aún en los silos, celdas y galpones permanentes, las abundantes lluvias pueden causar daños mediante las filtraciones. “El simple ingreso del agua implica el desarrollo de hongos o en un foco de calentamiento que, si no se atiende, puede comprometer una parte significativa de la masa de granos almacenada”, detalló el técnico.
Para diagnosticar una posible filtración se puede apelar a la inspección visual del silo en general y del grano en particular, en especial, cerca de las bocas de inspección o las bocas de venteo de aireación. Luego, habrá que realizar una inspección mediante el olfato del silo, tanto en la parte aérea como en la boca del ventilador.
A su vez, el especialista recomendó controlar la temperatura dentro de la masa de granos mediante la termometría y, así, saber si fue afectado o no. En el caso de que se detecten modificaciones en el olor, humedad o temperatura, habrá que airear inmediatamente el grano para evitar que el problema se agudice y se pierda la mercadería.
“El grano húmedo no se puede conservar”, subrayó Bartosik y agregó “Si el ingreso de agua fue importante, hay que secarlo. La humedad produce una baja en la calidad del grano y favorece el desarrollo de micotoxinas perjudiciales tanto para la alimentación humana como para la animal”.
“Si no se puede secar, habrá que disponer su uso inmediato”, indicó y agregó: “Ya no se podrá pretender obtener el mayor beneficio sino, minimizar las pérdidas”.
Fuente INTA Informa