Inauguraron instalaciones y laboratorios con la presencia del gobernador Antonio Bonfatti. El Laboratorio Regional de Servicios Analíticos de la Asociación del Litoral de Entidades de Control Lechero, crece para mejorar la calidad de la leche.

El acto tuvo lugar en la sede de la institución, y contó con la presencia del director nacional de Implementación Estratégica Sectorial de Subsecretaría de Lechería, Rubén Brechbuhl; la presidenta del Concejo Municipal a cargo del Ejecutivo, Gabriela Formica; el vicepresidente de la Asociación Criadores de Holando Argentino (Acha), Edgard Von Soubiron; el presidente de Alecol, Carlos Chiavassa, el Director Temático de Sanidad Animal de SENASA, Javier Aguer; entre otras autoridades municipales, provinciales, nacionales y de entidades intermedias.

Con el objetivo de controlar la producción lechera y mejorar la calidad de su ganado desde principio del siglo XX, los productores lecheros fueron formando los primeros centros de control lechero, bajo la fiscalización de la Secretaría de Agricultura y Ganadería de la Nación.

En 1982 el gobierno nacional delegó la fiscalización y certificación de la producción del ganado lechero a la Asociación Criadores de Holando Argentino (Acha). Esta institución, comenzó en 1992 un proceso de descentralización operativa que desembocaría en el agrupamiento regional de entidades habilitadas para brindar el servicio de control lechero oficial.

De esta manera nace Alecol en 1993, con sede en la ciudad de Esperanza, área de influencia de la cuenca lechera central de la República Argentina.

“Este proyecto es una articulación público privado, que contó con el puntapié inicial de la Municipalidad de Esperanza y el gobierno de la provincia. El primer aporte fue un equipo en comodato que nos facilitó el Senasa a cambio de información; luego presentamos el proyecto al por entonces ministro de la Producción Juan Bertero durante la gestión del Dr. Hermes Binner y tuvimos la primera respuesta; y hace dos años recibimos este último gran aporte para concretar lo que hoy ven”, sostuvo Carlos Chiavassa, presidente de Alecol.

“Eso nos dio un gran empuje pero también una gran responsabilidad de poder cumplir con las metas claras que nos habíamos propuesto”, finalizó el oriundo de Carlos Pellegrini.

Público y privado

“Este proyecto es producto de una institución que ha sido consecuente en el tiempo, que se ha fijado metas claras y ha trabajado con transparencia”, destacó el gobernador en relación a las reformas edilicias de ampliación y modernización del laboratorio, para las cuales la provincia aportó tres millones de pesos.

Alecol es una asociación civil sin fines de lucro que agrupa a entidades de la región habilitadas para prestar el servicio de control lechero oficial.
“La actividad lechera en su integralidad cumple un rol fundamental en la provincia de Santa Fe, no solamente desde el punto de vista productivo sino también social. Producimos el 30 por ciento de la leche argentina y el 50 por ciento de las exportaciones lácteas salen de Santa Fe. El 45 por ciento de la producción que luego se industrializa va al sector cooperativo, el 23 por ciento al sector privado y un 5 por ciento a la distribución minorista”, detalló Bonfatti.

En ese marco, remarcó algunas de las políticas dirigidas al sector que la provincia viene desarrollando: “Hemos trabajado y mucho con toda la cadena del sector lácteo y somos la única provincia argentina que tiene el orgullo de decir que aquí se paga por materia grasa, que establecimos que industrias y tamberos deben acordar precios y si una de las partes lo requiere, debe ser por escrito; y además, el precio de la leche se publica en la página web del Ministerio de la Producción de la provincia.

Sinergia

“Hemos contribuido -continuó el gobernador-, en la medida de nuestras posibilidades, con tasas subsidiadas por el Estado, ya sea del Consejo Federal de Inversiones (CFI) o de instituciones bancarias, y en estos últimos cuatro años se otorgaron créditos por unos 150 millones de pesos”.

Finalmente, Bonfatti recordó la misión Nueva Zelandia, “que nos permitió ver que podemos duplicar la producción láctea con la participación de todos los actores de la cadena, desde la semilla y la Universidad, el INTA, el INTI, las bolsas de comercio, los tamberos. Lamentablemente -dijo-, la realidad de la macroeconomía y aquel recordado cierre de las exportaciones de leche, impidió el acuerdo que ya teníamos cerrado después de cinco años de trabajo con Nueva Zelandia. No obstante, continuamos trabajando con el Instituto Argentino-Neozelandés y ese camino sigue abierto, por lo que tenemos que seguir articulando acciones entre el sector público y privado para aprovechar las oportunidades que surjan y que hagan crecer a Santa Fe”, finalizó.

Fuente Campo Litoral