Es una innovación a través de la cual las vacas eligen cuándo ordeñarse y sin la necesidad de contar con la asistencia de personas en el momento de la extracción de leche
“Cuando se habla del INTA Rafaela, se habla de lechería. Pero también somos conocidos por el desarrollo tecnológico en lo que hace al sector”, supo resumir el director de la Estación Experimental Agropecuaria local, al momento de iniciar el acto de habilitación oficial del tambo robotizado que el organismo estatal impulsó en conjunto con la empresa De Laval.
Sumando una explotación más al predio del INTA sobre la Ruta 34, con la tecnología avanzada que el mundo aplica y consolida, Jorge Villar explicó “tenemos la necesidad de la innovación”, para lo cual se definió la iniciativa de “tomar la idea de las unidades de producción como una estrategia de trabajo”, avanzando sobre una forma de trabajar que modifica la calidad de vida de los empleados del tambo y también de los animales.
Villar entiende que “el INTA tiene muy diversificadas sus demandas y solos no podríamos haber llevado a cabo este proyecto, que tiene en la articulación público-privada, entre el INTA y De Laval, un gran proyecto conjunto. Sobre esta base, el organismo que es referente en el tema lechero a nivel internacional, “como instituto de ciencia y técnica nos ponemos a disposición de tener más convenios de este tipo para poder articular y vincularnos con empresas y otras instituciones”, para difundir de mejor manera las formas de trabajo, las soluciones tecnológicas y la implementación de innovaciones aplicadas a la tradicional tarea del tambo.
Mientras José Luis Spontón, titular del Centro Regional Santa Fe del Instituto, destacó la labor de la Asociación Cooperadora del INTA Rafaela para concretar esta iniciativa, Villar agregó que “este es el inicio de un proyecto de investigación que ha generado muchas expectativas, pero estamos dando los primeros pasos en un proceso de innovación. No bastará con resultados y puesta a disposición de los productores, sino que deberemos llegar a la puesta en marcha en las explotaciones”, propuso como objetivo de esta instalación.
Más productividad
Para una empresa que se dedica a mejorar la oferta de equipos de ordeño, conseguir mejores resultados en lo económico, en el vínculo con los animales e incluso en la mejora de la calidad de vida de quienes trabajan en los tambos, es fundamental.
En la tarde de ayer, en el INTA Rafaela, Ezequiel Cabona, presidente para Argentina de la firma De Laval, se encargó de presentar los aspectos fundamentales del robot que ya cambió la forma de entender la extracción de leche en la Experimental.
Para achicar la brecha tecnológica entre la agricultura y la lechería, De Laval ofrece estas máquinas para el ordeño voluntario.
“En el mundo hay 20 mil tambos que tienen robots, con un total de 34 mil unidades de este tipo, con cinco millones de ordeños al día y dos millones de vacas en 44 países”, son los primeros datos que llaman la atención ante esta innovación que funciona a la perfección para los sistemas pastoriles que están en crecimiento y son los que mejor reciben a este formato, a diferencia de cierto relegamiento de la cría estabulada.
La empresa muestra una foto que parece prehistórica, pero fue en 1994 cuando se creó el primer prototipo de robot para un tambo, donde el sistema de alimentación ubicaba a la vaca. Tres años después los prototipos se colocaron en tambos comerciales y recién en 2000 salieron a la venta. De un brazo neumático se pasó a un brazo hidráulico en 2004, para luego agregar componentes como el conteo celular en línea, hacia 2007.
El desarrollo en la actualidad llega a conectar los robots a un laboratorio, que permite analizar aspectos reproductivos, metabólicos y todas las necesidades del animal en tiempo lineal con la obtención de la materia prima.
“Los sistemas siguen evolucionando hasta poder ordeñar tres mil vacas, excediendo a los tambos pequeños o familiares”, es por eso que “el tambo robotizado puede ayudar a cumplir con la proyección de la necesidad de aumento de producción que la población a nivel global ya demanda y que crecerá hasta nueve billones de personas, de las cuales casi la mitad toma leche”, expuso Cabona.
Esta tecnología se adopta por resultados, pero también por el bajo costo, siendo fundamental para responder a las necesidades de los productores, esto atiende desde el manejo de la mano de obra, hasta los planes de sucesión de las explotaciones.
El esfuerzo en todo sentido que requiere la actividad es lo que va desgastando a la producción, en todas las generaciones y esta puede ser la alternativa fundamental para darle continuidad a la tarea del tambo, en todas sus dimensiones.
Hoy por hoy crecen los tambos robotizados pastoriles en Australia, Nueva Zelandia, Irlanda, Chile y Argentina. Con baja infraestructura y con la facilidad de poder mover estructuras, se puede aplicar en absoluto en tambos alquilados.
Cabona aportó un dato relevante al comentar una encuesta en la que se relevaron producciones en Europa, entre 2000 y 2010, donde los productores que invirtieron en robots alcanzaron un promedio de hasta ocho por ciento más de productividad anual, por el enfoque integral que le dieron al tambo, por el manejo de más información, más tiempo para dedicar a los recursos humanos y a las necesidades de los rodeos. Por esto, “el número de robots se va a multiplicar en los próximos cinco años, porque permiten manejar animal por animal, abarcan cada vez más funciones del tambo y permiten una mano de obra calificada, entre otros aspectos”.
En acción
De Laval VMS se promociona como “Mucho más que un robot de ordeño” y es así, porque aporta un rendimiento por animal de hasta tres mil litros de leche al día.
Más allá del marketing, a simple vista el robot cambia la idea del tambo tradicional.
Si bien no toda la tecnología es aplicable a todos los casos de explotación, esta innovación calza perfecto en las necesidades de los rodeos nacionales, donde con el correr de los años el crecimiento y la mejora productiva serán fundamentales para subsistir en una producción sufrida, pero fundamental.
Con lotes de pastoreo bien delimitados, espacios de sombra e incluso corrales de espera que cuentan con ventilación y hasta un cepillo pendulante para acariciar a las vacas en el sentido máximo del bienestar animal, el robot espera a la voluntad de los animales para ingresar a un dispositivo que les demandará entre 7 y 7:30 minutos para cumplir con el proceso de ordeño. Con raciones de comida ajustadas por animal, durante el proceso se puede controlar el nivel productivo de cada vaca, con gráficos, ecuaciones que ajusta un software que incluso informa el orden de extracción en cada ejemplar, sus valores históricos, la medición de la materia prima, entre otras cosas.
Con una tarea llevada a cabo por dos operarios, los animales no tomaron más de una semana en acomodarse a esta nueva manera de ordeño, donde actualmente hay 40 vacas (1.300 litros diarios) y serán muy pronto 65 en total, mientras ya se planifica la instalación de un segundo robot que permitirá duplicar el rodeo en esta explotación, en el que ya los animales promedian las 2,6 visitas diarias al robot, donde los picos de ordeño se dan en rangos como el de las 18 horas, las 23 y las 9 de la mañana, quizá por la influencia de la temperatura ambiente, así como por los momentos de pastoreo, probados ya en más de cien días de funcionamiento.
Con un costo de unos 120 mil dólares y menor volumen de infraestructura, “aún no compensa el costo total de un tambo tradicional”, según los especialistas, pero sí libera de tareas al personal y permite una mayor cantidad de información, con lo cual se equipara la inversión con el tiempo de trabajo en otros aspectos de cada explotación.
Es llamativo ver a los animales integrarse a la máquina de una manera tan natural, pero con la seguridad de recibir una limpieza de la ubre previo a la colocación una a una de las cuatro pezoneras, que tienen registros individuales, e incluso aceptar el lavado de los corrales de antesala a la máquina, por inundación y con el empleo de la pendiente, optimizando el tiempo de higienización y utilización de agua para tal fin.
Anoche en la experimental se mostró una posibilidad más para el tambo, fue una buena noticia para un sector tan golpeado por la coyuntura de los últimos años y donde no se pierde la expectativa de poder propagarlo en una región tan lechera y pujante como la nuestra.
Por Elida Thiery – Fuente SRLC