Así lo indicó el presidente de la Sociedad Rural de Santa Fe, tras las lluvias en la región. Los departamentos más afectados son San Cristóbal, San Justo, Garay, San Javier, La Capital y Las Colonias.
La lluvia de los últimos 12 días, donde se registraron más de 500 milímetros caídos en algunos lugares de la provincia, complican la situación de las localidades del centro de la provincia amenazadas ya por los ríos Salado y Paraná que siguen en creciente.
Los departamentos más afectados son San Cristóbal, San Justo, Garay, San Javier, La Capital y parte de Las Colonias. Estos territorios comparten producciones mixtas agrícola y ganadera, resultando la más afectada ésta última, en especial la actividad tambera en sus fuentes alimenticias: pasturas y oferta forrajera.
“La situación del campo es catastrófica”, dijo esta mañana el presidente de la Sociedad Rural de Santa Fe, Hugo Iturraspe. En diálogo con LT10 contó que “los caminos y los suelos están imposibles; el agua brota de la tierra. No hay pasto que aguante por el pisoteo. El barro es el peor enemigo para el tambo”, aseguró. Y agregó: “Ahora viene el invierno y los campos no se van a secar. Las vacas van a enfermarse en sus pezuñas”.
Insistió en que la situación es “desesperante para la producción”. “No vi nunca una situación similar. El Gobierno va a tener que ayudar al campo tras este desastre natural”, sostuvo.
El estado de las cosechas
La semana pasada, la Bolsa de Comercio de Santa Fe, a través de su Sistema de Estimaciones Agrícolas para el Centro Norte de esta provincia, informó que las lluvias afectaron más de 2,3 millones de hectáreas.
Con respecto a los cultivos, explican que al encontrarse la soja de primera en el final de ciclo y en proceso de cosecha, los altos porcentajes de humedad y excesos hídricos que no permiten el acceso a los lotes, va a repercutir en la calidad (por hongos o manchado de grano) de la producción a obtener y en la superficie a cosechar. Se espera, entonces, una disminución de los rindes en las plantaciones que faltan trillar. De esta manera advierten que las áreas más bajas o deprimidas de los predios y las aledañas a los valles de inundación de los cursos de agua, serán las que sufrirán mayores demoras o perjuicios.
Finalmente expresan en su informe que la evolución de la región dependerá de la extensión del fenómeno climático debiéndose esperar el escurrimiento superficial hacia la cuenca baja del río Salado y el sistema del río Paraná, actualmente saturados y sobresaturados.
Fuente SRLC