Con el nacimiento de Afrodita, la primer ternera nacida con la técnica de la Fertilización in vitro, Santa Fe incorpora a Argentina a la elite de la liga de países que lideran las tendencias en biotecnología reproductiva a través de un convenio de cooperación inédito de entidades públicas.
En la mitología de los griegos, Afrodita es la diosa del amor, el deseo y la reproducción. Un poco más tarde, los romanos la identificaron como Venus, cuyos descendientes Rómulo y Remo fundarían la ciudad eterna. Con la intención de replicar ese deseo multiplicativo y ancestral, el INTA y la Facultad de Ciencias Veterinarias de Esperanza decidieron juntar esfuerzos para mejorar uno de los mayores déficits de la ganadería nacional: la reproducción.
Para ello pensaron una estrategia inédita. Sellar una alianza que permita trabajar juntos, incorporando los últimos adelantos en materia de Fertilización In Vitro para hacer más eficiente el tambo y la ganadería. Y el pasado martes nació la ternera Afrodita, como resultado de ese trabajo. El primer hito de un programa ambicioso que recién comienza, y cuyo potencial es ilimitado.
La historia arranca en noviembre de 2015, cuando ambas entidades suscriben un acuerdo para montar el primer laboratorio público de Fecundación In Vitro de Santa Fe. Un mes después, el equipo de trabajo, liderado por el biólogo Luis Ferré realizó la primera transferencia de embriones en 16 animales receptores tanto del INTA como de la UNL, de los cuales se produjeron seis preñeces y -hasta el momento- un nacimiento.
Acerca del procedimiento realizado, Ferré explicó los pasos para lograrlo: “tomamos genética promedio de un frigorífico, lo cual es una forma sencilla de obtener óvulos de los animales faenados. Los trajimos al laboratorio, e hicimos todo el proceso de Fecundación In Vitro. Los embriones que resultaron de ese proceso fueron transferidos a vacas de la Unidad de Producción de Leche Intensiva del INTA Rafaela (UPLI) y a otras de la Escuela Granja ubicada en la ciudad de Esperanza. Este es el cierre de la prueba piloto o prueba de concepto”.
Según Ferré, en una segunda etapa se obtendrán óvulos de animales vivos a través de aspiración folicular. “Se aspirarán células de ovarios de vacas seleccionadas por sus características genéticas y se las fecundarán con los sémenes sexados de los mejores toros, obteniendo mejor calidad de crías. Al no importar la calidad ni raza de los vientres receptores, la transferencia embrionaria se realizaría con los animales de menor calidad productiva. La aplicación de esta biotecnología permitiría incrementar la producción lechera y de carne bovina en la región”, se entusiasma.
Debido a que la reproducción de los rodeos es multiplicación, este servicio se propone como una herramienta más para el productor y el profesional, así como lo son la detección de celos, la inseminación artificial y la transferencia de embriones in vivo, entre otros
Cronología
En diálogo con Campolitoral, el biólogo manifestó el entusiasmo que todo el proyecto contagia. Y destacó que se armó con la idea de conformar un equipo de trabajo en biotecnología de la reproducción con tecnologías reproductivas de última generación. “Yo estaba trabajando en el rubro en EE.UU en la actividad privada, y por cuestiones personales y familiares decidí volver al país a través del programa RAÍCES del Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación. Acepté una posición en INTA Rafaela para armar este proyecto. Para ello hacía falta una inversión importante, porque es un laboratorio que conlleva equipamiento y recursos humanos. Por ello, INTA buscó socios y alianzas, y la que más sentido tenía por ser instituciones hermanas era con la FCV, donde tenían el lugar y podían terminarlo”, cuenta. El INTA entonces se comprometió a equiparlo, y se suscribió un convenio de cooperación científico tecnológica para llevar a cabo el proyecto de armar el laboratorio fundamentado en tres ejes.
El primero es la investigación y desarrollo, “características indelegables de ambas instituciones”, destaca. El segundo es la capacitación, con formación de Recursos Humanos a nivel de los veterinarios que cursan la carrera.
El tercero es la prestación de servicios a terceros. “Creemos que esta tecnología puede ser de gran utilidad para el sector productivo de carne y leche, en ambos rubros”, explica Ferré, quien agrega que “nosotros vemos que podemos colaborar tratando de absorber parte del costo de la tecnología, que es poderosa pero no barata, por eso la ayuda del Estado es muy importante, a través de un sistema mixto que ya estamos poniendo en práctica, donde profesionales veterinarios que quieren salir al mercado laboral se asocian al laboratorio y realizan una de las tres partes que tiene este proceso”, sostiene Ferré.
Paso a paso
La primera etapa es a campo para colectar los óvulos, denominado aspiración folicular, una técnica idéntica a la utilizada en el humano, con un ecógrafo con una guía y con agujas conectadas a un sistema de aspiración. La fase dos es la producción del embrión propiamente dicho. La tercera es la transferencia de ese embrión en receptoras del productor.
“Creemos que hay una buena oportunidad para que el veterinario realice la primera y la última, nosotros nos hacemos cargo de la del medio, la que requiere una inversión constante para mantener la estructura andando. Es como un avión, cuando más se usa funciona mejor”, ilustra Ferré, quien explica que para pasar al último nivel hay que tener mercados y una estructura montada “lo que no es sencillo, y ojalá que lleguemos”.
También explica que el objetivo mayor es que la tecnología se use, que esto no quede como una foto. “Se tata de un plan de trabajo donde los productores chicos, medianos o grandes puedan acceder a este tipo de tecnología para mejorar sus rodeos, ya que este tecnología apunta a ese mejoramiento. Y como toda técnica reproductiva apunta a mejorar la selección. Para multiplicar aquello que he seleccionado”.
Ferré argumenta que es una técnica que acelera los tiempos de generación de las preñeces, pudiendo aspirar vacas una vez por semana y hacer embriones y preñeces una vez por semana durante un tiempo bastante prolongado. La otra gran ventaja son las categorías de animales que se pueden aspirar, como terneras de 7 meses, por ejemplo, acortando así el intervalo generacional.
“El uso eficiente del semen es otra ventaja, porque se necesitan pocos espermatozoides para fertilizar los ovocitos, y a eso se le agrega que el productor puede invertir en un toro de altísimo nivel genético, que si tuviera que hacer la colecta in vivo (como lo hace la vaca) gastaría mucho más dinero”, analiza.
Ferré dice que en un semen no sexado, con una sola pajuela se puede fertilizar más de 20 o 30 vacas, y en un semen sexado, una pajuela puede fertilizar entre 5 a 6 vacas sin problemas.
La liga de los campeones
Por lo tanto, el potencial de la técnica en la zona es enorme para los tamberos y para la razas de carne. “En muchos lados se usan embriones para épocas de calor en verano, por ejemplo. En cruzamientos, el tema tiene mucho futuro. La cruza F1 tiene un lugar preponderante en la producción comercial de leche. Está claro que la cruza es muy eficiente. La cruza holando con Montbelliarde, Jersey o Sueca Roja – por ejemplo- permite optimizar las características de cada raza. Para mantener la heterosis al máximo nivel puedo hacer un embrión F1, y esa es otra ventaja que se puede explorar, y que ya se está realizando en muchos lugares del mundo”. Ferré sostiene que hay un sinnúmero de oportunidades, pero que es una técnica que no viene a resolver problemas estructurales, sino que viene a ampliar el espectro como una nueva herramienta. “En la Champions League de la reproducción, se está usando en el mundo fuertemente, junto con la genómica”.
Brasil lo implementa fuertemente (el 70 % de sus embriones se producen con esta metodología), sobre todo por el animal que ellos tienen. La población folicular en los ovarios del Bos Indicus es muchísimo más alta que el Bos Taurus, por lo que funciona muy bien.
Ferré también cuenta que el proyecto está a la espera de las dos últimas cuotas proyectadas, que permitirán la adquisición de un grupo electrógeno para estar cubiertos en la etapa final de prestación de servicios a terceros. “Así no hay equipos que aguanten”, dice Ferré. Esto no es salir a poner un kiosco, hay que hacerlo de manera seria. Y con recursos humanos, para que la Facultad realice una inversión con el nombramiento de dos auxiliares que darán un soporte a la estructura”.
Finalmente, si bien todavía no hay un tarifario, explicó que para ello “tenemos que dar una discusión interna para ver qué costos tenemos que absorber, y cuáles les vamos a pasar al productor. Estamos a favor de que se cobre por preñez. Otros cobran en el mercado entre U$S 250 a 300 la preñez. Pero no estamos acá para competir con los privados, sería éticamente cuestionable, queremos complementarnos, no venimos a competir por un pedazo de la torta, queremos que la torta sea más grande. Y que esta tecnología llegue a la mayor cantidad de gente posible”, argumentó el científico.
El rol de los veterinarios
La cátedra de Teriogenología y Biotecnología de la Reproducción de la Facultad de Ciencias Veterinarias está compuesta por un grupo docente que combina la juventud con la experiencia. Los veterinarios Martín Maciel y Fabián Barberis, trabajan junto a Luciano Cattáneo, Ignacio Stratta, Julián Bartolomé y Laura Grotter.
En diálogo con Campolitoral, Barberis destacó que el proyecto arrancó hace tres años, “un poco porque siempre tuvimos la intención de profundizar esta tecnología que está disponible y es interesante que se pueda aplicar”. Recordó el contacto previo existente con Ferré y cómo a través de un programa de repatriación de investigadores a través del INTA Rafaela “hicimos un proyecto para llevarlo a cabo y conformar un laboratorio de fertilización in vitro donde hubiera aportes de INTA y de la Facultad”. Eso se aprobó junto con el presupuesto conjunto de INTA y el aporte edilicio de la Facultad. “Eso estuvo consensuado gracias a los profesionales jóvenes que tenemos en la Facultad”, destacó el docente.
Para Barberis, los objetivos se plantearon desde el inicio: desarrollar la técnica, formar recursos humanos que la manejen, y poder vincularse con el sector productivo para que esté sus resultados están disponibles para los productores y técnicos de la región, además de poder brindar servicios a terceros.
“Ahora estamos en la etapa de la construcción edilicia, incorporando equipamiento, y haciendo el trabajo con ovarios de mataderos donde se produjeron embriones en vitro con dos nacimientos. Estamos pasando a la etapa de usar animales vivos, en la que nos encontramos ahora. Haciendo el training de la punción en vivo de las vacas”.
El especialista remarca que la técnica es similar a la transferencia embrionaria, de una vaca de mejor genética sacar la mayor cantidad de crías posible. “En la transferencia hacemos un tratamiento superovulatorio inseminando la vaca y a los 7 días le sacamos los embriones. En la Fertilización In vitro, se punza la vaca y se mide con una ecógrafo para sacar los ovocitos. Luego, ese desarrollo se hace en un laboratorio durante 7 días, luego de los cuales se vuelve a poner en una vaca de menor valor genético”. Barberis destaca que la técnica presenta múltiples ventajas: se insemina con poca cantidad de semen y con semens exado con buenos resultados, (y los requerimientos de los lecheros son claros en este sentido). Con una pajuela podemos fertilizar hasta 10 vacas y se diluye el costo del semen”, destaca.
Potencial
También enfatiza que otra ventaja es que se puede punzar con mayor frecuencia que superovular, y a un costo menor. “Se pueden punzar vaquillonas antes que se alcen, inclusive hasta los 4 meses de gestación. Otra ventaja es racial, ya que para los animales raza carne con un chorro de sangre sebú la transferencia es complicada, pero la FIV es más eficiente, por lo que tiene un gran potencial ganadero”.
Pero no todas son rosas. Y Barberis se encarga de aclararlo. “La crío preservación es un cuello de botella para los embriones, y los porcentajes de preñez son poco menores (un 40 % contra un 55% con transferencia embrionaria)”.
Finalmente, Barberis se ilusiona con que en unos 3 meses estarán terminando la técnica de punzado, y el próximo paso será hacer un convenio con profesionales que estén asesorando establecimientos para poder en conjunto darle viabilidad a la técnica.
“La cátedra ve que se pueden abrir muchos proyectos de investigación, algún doctorado u algo similar. Quiero agradecer a la dirigencia de INTA como de la Facultad que nos apoyaron con esto. No es fácil en entidades públicas articular proyectos. Estamos atrasados con respecto a algunos países, como Brasil, pero acá tenemos un nicho que es muy auspicioso y hay varios laboratorios privados que lo están comercializando. Queremos combinarla con investigación para mejorarla y fomentar un polo de difusión. Esta tecnología es básica para la biotecnología que se viene. Sobre todo en un marco donde mejorar la cantidad de hembras nacidas es vital. Porque ahora, la tarea es multiplicar.
Ventajas de la producción in vitro de embriones
Permite producir una alta cantidad de embriones en un tiempo corto, debido a que las donantes pueden ser aspiradas con alta frecuencia (una vez por semana), incluso vacas recientemente preñadas y/o faenadas (hasta 8 horas después). Se realiza un uso más eficiente del semen porque se utiliza muy poca cantidad. Hay una multiplicidad de categorías que pueden ser receptoras de los embriones. Incluye terneras desde los 6 meses de edad, vaquillonas y vacas.
Permite hacer cruzamientos de razas que perpetúen la descendencia de las F1. Se produce una mayor cantidad de preñeces. Se puede elegir el sexo del embrión a implantar.
Combinada con las investigaciones en genómica, se pueden producir animales con alto valor genético, lo cual permitiría una rápida reposición de los rodeos acorde a las necesidades de los productores.
Fuente Campo Litoral