Con un costo de construcción de más de U$S 400 mil, son las primeras de la Argentina diseñadas con estas características. Ubicadas en el INTA Balcarce –Buenos Aires–, el objetivo será monitorear las emanaciones y mejorar los cálculos de la huella de carbono de los sistemas ganaderos del país.
Un equipo de investigadores instaló, en el campo experimental del INTA Balcarce –Buenos Aires–, dos cámaras de ambiente controlado que servirán para conocer cuánto gas metano generan los rumiantes, a partir de la fermentación de los alimentos que consumen. Esto permitirá mejorar los cálculos de la huella de carbono de los sistemas de producción ganadera del país. Esta iniciativa inédita, ubica a la Argentina a la vanguardia del conocimiento en la región, sobre la medición de gases de efecto invernadero (GEI).
Francisco Santini, especialista en nutrición animal de esa unidad del INTA y responsable en la gestión de las cámaras, aseguró que el objetivo de diseñar y desarrollar esta tecnología es “poder tener nuestros propios factores de emisión de metano, debido a que cuando no se cuenta con esta información se utiliza la generada por otros centros de investigación y, por lo tanto, podemos sobreestimar o subestimar la producción propia de gases de efecto invernadero”, señaló.
A las cámaras instaladas en Balcarce se les sumarán otras dos, que se instalarán en Leales –Tucumán–. De acuerdo con Santini, las cámaras cuentan con capacidad para obtener registros de los gases producidos por los animales, bajo condiciones controladas. “Esto permitirá mejorar y ajustar los cálculos de la huella de carbono, de los sistemas de producción ganadera”, indicó.
De hecho, un estudio previo realizado en ese campo experimental determinó que novillos en pastoreo producen entre 190 y 229 gramos de metano (CH4) por día. “Las cámaras permitirán contribuir a contabilizar estas emisiones al simular distintas condiciones ambientales en las que se desarrolla la producción ganadera en la Región Pampeana y, en poco tiempo más, en el Chaco Semiárido”, detalló Santini.
Patricia Ricci, especialista en alimentación animal y responsable del funcionamiento de las cámaras, expresó que “se medirán gases como dióxido de carbono y metano que los rumiantes producen como resultado de la fermentación de los alimentos”.
“Contar con mediciones locales es de gran importancia para mejorar la precisión de los inventarios nacionales de estos gases, conocer mejor el nivel actual de emisiones del sector agropecuario y también investigar el impacto de diferentes medidas de manejo para su mitigación”, agregó Ricci.
Estimar los gases emitidos
“En este tipo de investigaciones se reconocen dos fases”, aclaró Santini y explicó: “La de producir información de las estimaciones en el campo y la que se genera en las cámaras de ambiente controlado”.
Según estimaciones técnicas, un ensayo con 12 animales duraría unas seis semanas debido a que se contempla la calibración, limpieza y puesta a punto del equipamiento.
De acuerdo con los especialistas, cada cámara mide 2,30 metros de ancho por 3,70 de largo. Allí, tanto vacas –para carne y leche– como ovejas, que cumplen con los requisitos de mansedumbre, son alimentadas con una dieta similar para reproducir las situaciones reales de crianza durante las 72 horas que dura el confinamiento.
“Las cámaras de ambiente controlado permitirán avanzar en la validación de modificaciones del método o el desarrollo de nuevos que serán aplicados a los animales en pastoreo”, indicó Ricci quien agregó: “Además, se podrán realizar ensayos sobre los efectos de distintos alimentos o aditivos en la dieta, que deberá ser probado a campo para estudiar la aplicabilidad de la técnica y el potencial de reducción de las emisiones en condiciones de producción”.
Conocer las tasas de emisión
Según la Tercera Comunicación Nacional de la República Argentina a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, en la Argentina existe una diversidad de planteos ganaderos, que van desde la producción extensiva a pasto hasta sistemas intensivos de engorde con encierres a corral o feedlots y se distribuyen en más de 200.000 explotaciones, en regiones que difieren ampliamente en suelo y clima.
Así, los resultados del análisis de las razas predominantes de cada región –Pampeana y Chaco Semiárido– permitirá establecer las emisiones del sistema productivo al considerar la fermentación entérica, las asociadas al estiércol –donde se emite óxido nitroso y metano– y, en tal sentido, considerar la gestión de la alimentación ya sea pasturas, verdeos o producción de concentrados.
Este proyecto cuenta con la colaboración de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires, la Universidad de Buenos Aires, el Conicet y la Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (AACREA).
Tecnología de punta
Las cámaras –construidas por una empresa argentina–, que fueron instaladas en paralelo, poseen aislación térmica y tienen ventanas para que los animales puedan verse, teniendo en cuenta las condiciones de bienestar animal.
Además, están dotadas con equipamiento sensible –para medir los gases– que está conectado a una terminal computarizada que registra las series de emisiones del animal en estudio. Los registros y el manejo de los estudios se pueden gestionar de forma remota, con posibilidad de controlar la temperatura y humedad relativa con el fin de mantener las condiciones internas deseadas para el estudio, ya que las cámaras están equipadas con unidades de tratamiento de aire.
Fuente INTA Informa