Por única ocasión y con la idea de que se trataba de un evento gratuito, los muchachos de Morón desempolvaron las canciones que pergeñaron a lo largo de los 90.
Luego de 15 años de ausencia, la banda rockera argentina Los Caballeros de la Quema se reunió por única en forma gratuita en un emotivo concierto de más de dos horas, que ofrecieron anoche en el estadio Único de La Plata en el marco del Festival Provincia Emergente.
Ante unas 25.000 personas, Iván Noble, los guitarristas Pablo Guerra y MartÍn Méndez, el bajista Patricio Castillo y el baterista Nene Cavo terminaron con sus hijos arriba del escenario ofreciendo una poderosa versión de “oxidado” coreada por todo el estadio.
En secreto y gracias la gestión de su ex manager Martin Rea, programador del Provincia y el Ciudad Emergente, los Caballeros volvieron a reunirse y comenzaron a limar asperezas, a desandar un camino que había tenido muy separados a Iván Noble del resto de sus compañeros de ruta.
Por única ocasión y con la idea de que se trataba de un evento gratuito, los muchachos de Morón desempolvaron las canciones que pergeñaron a lo largo de los 90, y que los convirtieron en referentes del rock barrial junto a Los Piojos y La Renga.
Pero anoche, el tiempo también permitió ver que a lo largo de su carrera la banda abarcó terrenos como el del reggae rock, la canción rockera, el rock americano alla Tom Petty, además de un grunge casi seminal, además de letras con un fuerte contenido social.
Acompañados por una sección de bronces, un percusionista y el tecladista Rubén Casco, los caballeros subieron al escenario y repasaron canciones de sus cinco discos de estudio y su primer casete “Primavera Negra”.
El show recupero al Noble rockero, que se saco por un rato el traje de cantautor, confirmó que Castillo y el Nene Cavo conforman una base firme, segura y que Pablo Guerra y Méndez son dos guitarristas estupendos, quizás los mejores de su generación.
El grupo abrió el recital palo con “Pejerrey” de su disco “Sangrando” de 1994 con un Noble excitado, arengando desde el escenario, mientras el público cantaba el estribillo. Precisamente la gente que anoche llego al Único de La Plata que obligo a retrasar el inicio del show, fue lo que encendió aún más a la banda, que todo el tiempo manifestó la sorpresa por su convocatoria.
Con “Patri” del disco “Manos vacías” de 1993, la banda mostro su costado más crudo y duro y Noble recupero su mirada más ácida, de feroz retratista del realismo salvaje bonaerense en tiempos del menemismo.
Luego llego “Todos atrás y Dios de 9”, con el estadio coreando una acertada metáfora de la argentinidad en tiempo de hit y con un destacado trabajo de los bronces. Luego la banda mostros su sapiencia para recordar sus incursiones en el reggae con “Qué pasa en el barrio?, bien conducid por la base, con buenos arreglos de los bronces y las guitarras y con Noble recordando su lado más Bukowski.
Mientras que desde las pantallas se veía una interesante puesta visual con imágenes desconocidas de la banda, viejos ensayos, partes de sus clips y trabajos realizados para este concierto.
Los bronces y la percusión le dieron aires latinos al comienzo de “Sangrándonos” que se puso furioso luego de un par de estrofas, mientras Noble volvía a recordar las influencias de Bukowski pero también las de Raymond Carver.
“En Huelga de princesas”, Noble ya muestra su lado más Leonard Cohen, más Joaquín Sabina de perdedor romántico, mientras la banda labro un blues de gran salón con la participación de los bronces y un final tipo orquesta de swing.
El lado reggae de la banda del oeste volvió a mostrarse con “Malvenido” con todo el estadio coreando una letra que retrataba a los perdedores del modelo menemista. La siguió “Rómulo y Remo” en clave reggae con otra destacada jugada de la banda, mientras Noble repetía aquella frase: “un buen cáncer en los huevos para los Galtieri y para los Massera”, que recordó su costado más político.
El tono reggae siguió con “4 de copas” sobre un perdedor en el amor y en la vida, donde a Noble lo acompaño Guerra en una estrofa y también con lindos arreglos de armónica. Además de dar las gracias por la convocatoria y el acompañamiento del público, Noble recordó los tiempos de la banda independiente cuando edito su demo en formato casete bajo el titulo “Primavera Negra”.
La letra es pura crudeza, huele a conurbano desocupado y bravo desde un principio, mientras las guitarras de Guerra y Méndez parecen arrojar luz sobre pudo haber sido la primera canción grunge de la Argentina. Una lectura de Haedo y Morón del fenómeno de Seattle. Mientras en la pantalla se veían imágenes que mostraban la revuelta popular que termino con el gobierno de Fernando De la Rúa en diciembre del 2001.
Luego Noble se calzo la acústica y arranco con los acordes de “Hasta estallar”, la canción en la banda se acerca mucho al genero americano que también sabe mostrar Tom Petty, que en su momento supo ser cantada por León Gieco. La canción es una hermosa viñeta del oeste del conurbano bonaerense y las imágenes aportadas por Raúl Perrone enriquecieron aún más esa visión.
Esa línea americana siguió con la hermosa “Mientras haya luces de bar”, en la que Guerra y Mendez se lucieron con notables punteos para darle paso al publico y a Noble guiando la canción hasta el susurro final.
El crudo retrato social volvió con “Rajá Rata” con Carlos Menem y Domingo Felipe Cavallo como destinarios y siguió en forma de reggae con “Gusanos”, donde los cañones apuntaron hacia los que sacaron provecho del ascenso social que propuso el menemismo.
El bandoneonista Lautaro Greco subió para darle aires tangueros al hit “Fulanos de nadie” que todo el estadio corea de principio al final y esa reacción motivo aún más a la banda que entrego buenos solos de guitarra.
El piano y Noble con la acústica marcaron el inicio de “Otro jueves cobarde”, que en su momentos conto con el apoyo vocal de Sabina y que en este caso sonó bien americano como si se tratara de una balada de Bruce Springsteen.
Guerra y Méndez volvieron a americanizarse para el hit “Sapo de otro pozo” que nuevamente genero un notable ida y vuelta con la gente que agito banderas de Merlo, Palomar y Morón, mientras Noble vibraba de emoción.
La banda volvió a revisar sus primeros discos para rockearla bien hard, mientras Noble volcaba otra vez sus crudas letras sobre delincuentes barriales y perdedores en canciones como “Carlito” –el primer hit de la banda- y “Celofán” donde Noble retrata la dura vida del rockero emergente e independiente.
El cierre fue con la veta más cancionera de la banda con un coreadísimo “Avanti morocha”, el hit más importante en la historia de la banda. Para el final, Noble invitó a los hijos de todos los integrantes del grupo a subir al escenario a corear junto a ellos la hermosa “Oxidado”, un himno del hermoso perdedor con su estribillo “vuelvo a mi cucha rengueando estas ganas borrachas de volverte a ver/ no es que no quiera ladrarte, lo que no me anda sobrando es la fe/ no es que no quiera cuidarte, pero ando nockeado y no puedo hacer pie/ y no es que no quiera tocarte /ando volteado… nena” Mientras todo el estadio aullaba el “lloro, lloro lloro”, hasta quedarse sin voz.
Este show que por ahora es el único que anuncio la banda, fue grabado en audio e imagen y no se sabe aún si se editará, así como tampoco se conoce si el combo prolongara este regreso, luego de convencerse ayer que el público argentino sigue buscando buenas canciones de rock como las que Noble y sus colegas supieron pergeñar.
Fuente Agencia Télam