Un informe de la Fundación Fada advierte que la baja en los precios de los granos y el aumento de los costos comprimieron el margen del campo un 16,7% a partir de Marzo.
«La participación del Estado sobre la renta agrícola subió, pero no por efecto de los impuestos sino de los costos y los precios internacionales«. Así lo advierte la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA) en su informe trimestral, donde suele analizar justamente la carga impositiva sobre la producción agropecuaria.
El Índice FADA, que indica la participación del Estado en la renta agrícola, fue de 74,7 por ciento en junio de 2017, mientras que en marzo 2017 había sido de 66,2 por ciento. El indicador es el resultado de una división entre un numerador, representado por los impuestos, y un denominador, representado por la renta agrícola.
Comparando, el índice FADA de junio de este año subió con respecto al de marzo, pero bajó en relación al mismo mes de años anteriores. En junio del año pasado (2016) fue de 65,8% y en junio de 2015 93,5%. En dicho año alcanzó los máximos históricos por efecto de los ROE, derechos de exportación, atraso cambiario y caída de precios.
En junio 2017 vemos dos efectos combinados. El precio internacional de la soja bajó 7,5% con respecto a marzo y 18,2% con respecto a junio del año pasado, en dólares. El maíz también tuvo lo propio, bajo 6,5% intertrimestral, y 19,1% interanual. El trigo y el girasol se comportaron mejor, pero igual vieron caer sus precios.
Por otro lado, los costos en pesos aumentaron un 22,7% en el año, mientras que el dólar aumentó 14,1%, por lo que los costos en dólares aumentaron un 7,5%. Así, los costos en dólares se ubican en niveles pre unificación cambiaria, por lo que, por este lado, se perdió la totalidad del beneficio cambiario que produjo la devaluación.
La baja de precios y el aumento de costos, comprimieron la renta un 16,7% en pesos, esa reducción es la principal causa del aumento del índice. Si comparamos con junio de 2016, hubo una baja de la renta de 20,6% en pesos, y del 30,4% si se mide en dólares.
Mientras tanto, los índices provinciales medidos arrojaron lo siguiente: el de Buenos Aires es de 70,1%, Córdoba 74,1% y San Luis 77,1%. “Lo que más impacta en esta comparación es que San Luis, por ejemplo, tiene rindes menores y una renta por hectárea menor que las otras dos provincias. En términos absolutos, el impacto de los impuestos es exactamente al revés, una hectárea en Buenos Aires es la que más tributa, y una en San Luis la que menos”, explicaron desde la Fundación.
En los casos de Buenos Aires y Córdoba, se consideran los cultivos de soja, maíz, trigo y girasol, utilizando sus participaciones en la superficie sembrada, para luego calcular los números de una hectárea promedio de la provincia. Para el caso de San Luis, sólo se consideran soja y maíz, ya que explican el 95% del área.
Para cada caso se utilizan los rindes promedio de los últimos 5 años, y los costos de producción de labores e insumos necesarios para esos rindes promedio en cada región. En cuanto a los fletes, se estimaron para Buenos Aires 250 kilómetros, para Córdoba 340 kilómetros y para San Luis 580 kilómetros, tomando consideraciones en cuanto a consumos de maíz y trigo que pueden bonificar en algún porcentaje el flete, especificaron desde FADA.
Fuente SRLC