En poco más de 30 días llovieron en esta zona del departamento Las Colonias 460 milímetros, dejando campos bajo el agua. Soja de segunda a punto de cosechar pudriéndose en los lotes y una fuerte baja en la producción lechera, son sólo el principio de las consecuencias de una nueva inundación: la tercera en los últimos tres años.
En los últimos tres años, por sólo tomar ese dato, los productores del distrito de Las Tunas y una amplia zona que incluye San Jerónimo Norte, Franck, Esperanza, San Carlos Norte, Matilde, San Agustín y San Jerónimo del Sauce, vienen siendo castigados seriamente por las abundantes lluvias, y en parte por falta de obras hídricas -que en algunas casos llevan más de 10 años de reclamos-.
Este 2018 pintaba diferente. No por ser menos complicado que los anteriores, pero a diferencia de las lluvias, este año arrancó con una fuerte sequía que impidió en el caso del sector tambero hacer reservas para el invierno, a la ganadería una merma muy significativa en el alimento para la hacienda y a la producción agrícola bajos rindes en maíz y soja principalmente.
Pero esa situación cambió drásticamente en apenas 30 días, donde se pasó de la sequía a una nueva inundación. Este panorama trajo aún más complicaciones no sólo productivas sino también financieras al sector productivo.
Alberto Zurbriggen, productor agropecuario de Las Tunas hizo referencia a los graves problemas hídricos que padece la localidad. “En poco más de 30 días llovieron en esta zona más de 460 milímetros, dejando los campos bajo el agua. La soja de segunda a punto de cosechar está pudriéndose en los lotes, cuando veníamos repuntando en la producción del tambo, volvemos a caer por el piso. Es la tercera inundación en los últimos tres años”.
Zurbriggen precisó que la delicada situación productiva lleva a muchos a abandonar la producción agropecuaria y tambera en particular. “Ya no se puede seguir produciendo de esta forma, habrá que pensar en un nuevo sistema productivo para esta zona, pero sin el apoyo del Estado nacional y provincial será imposible. Acá se ve afectado todo el sistema productivo: agricultura, ganadería y tambo. Es muy difícil aguantarlo”.
En este sentido el productor recordó que aún gran parte de los tambos de esa zona no han recibido el crédito del Fondo Nacional para Tamberos, anunciado hace más de un año. “Hay productores de Las Tunas que no hemos recibido los fondos, con una sequía y una inundación en el medio”.
Vale destacar que el Fondo inicialmente se integró con 150 millones aportados por el Tesoro provincial y el crédito a gestionar ante la Nación de 250 millones de pesos de los cuales 150 millones como mínimo, serán destinados a apoyar al sector lechero.
Nuevamente achicarse
Tras la inundación de abril de 2016 y diciembre/enero de 2017, la familia Zurbriggen, tuvo que vender gran parte de los animales para arrancar de cero y mantenerse en la actividad. “Desde abril del 2016 a enero de 2017, vendimos uno de los dos tambos para continuar en la actividad. Nos achicamos, nuevamente para seguir desde mediados del año pasado a esta parte, pero hoy tenemos una nueva sorpresa. Es una cuestión de achicarse y achicarse para seguir en la actividad”.
En cuanto a la parte agrícola en la zona se llegar a cosechar muy pocos lotes de soja. “En el caso de la soja de segunda se ha cosechado muy poco. En nuestro caso aún resta el 90%, apenas se trillo un sólo día. Desde hace años la producción agrícola -maíz y soja- se vienen perdiendo de forma sistemática. Antes de la última lluvia -de 110 milímetros del martes- los granos ya estaban brotados, es la misma situación de las últimas tres campañas. Habrá muchos lotes que no se van a trillar”.
En picada
El tambo de los Zurbriggen viene achicándose sistemáticamente año tras año. Previo al fenómeno climático de abril de 2016, la producción del tambo rondaba los 5 mil litros, de allí paso a los 3 mil litros y tras la inundación de enero de 2017 cayó a los 1800 litros.
«Nos habíamos recuperado hasta llegar a los 2500 litros, pero ahora se verá en estos días cuanto quedará. Habíamos comenzado a sembrar alfalfa nuevamente, algunos ya habían terminado y hoy ya se perdió el 100%. Venimos de otro año sin pasturas por esta misma situación. Volvemos a entrar al invierno sin pasto, para ya una rutina”.
Zurbriggen aclaró que si el clima sigue “pegando” de esta forma, sino se cambia el sistema productivo de la zona con apoyo de los gobierno nacional y provincial, será imposible. “Necesitamos ir a un sistema estabulado, con accesos e infraestructura acorde para seguir produciendo sino será imposible”.
En cuanto a obras, el productor manifestó que se ha mejorado la salida de agua, pero por la ampliación de desagües en el resto de la colonia, toda el agua que ingresa -de los tres canales- debe salir por uno sólo. Termina siendo un embudo.
“El agua que viene de San Jerónimo Norte, Humboldt, y otras cuencas más arriba llega con un gran caudal. Los canales van sacando, pero ante la gran masa de agua que llega es muy difícil que se evacue por un sólo canal, por ello el agua tarda mínimo 10 días en salir. Ocasionando un daño muy grande”.
Zurbriggen manifestó que las fuentes de financiamiento no existen. “Aún estamos esperando la llegada del crédito hace más de un año, el desfinanciamiento es muy grande. Ni de Provincia ni de Nación dan una respuesta clara de si vamos o no a cobrarlo, hay productores que ya empezaron a pagar las primeras cuotas. Se echan la culpa mutuamente, pero la solución no aparece. Nosotros estamos produciendo en Santa Fe, invirtiendo en la provincia y dando trabajo a santafesino. Esperamos que el gobierno provincial haga algo para salvar la producción. Nadie nos ha llamado nunca, siempre nos enteramos por los medios sobre que va a pasar con los créditos del Fondo Nacional para Tamberos”.
El productor sostuvo que las soluciones están cada vez más lejos, pero se esta cada vez más cerca de abandonar la producción. “Estamos esperando el llamado de la ministra Ciciliani para ver como podemos solucionar el tema de fondo”.
Fuente SRLC