Durante la última reunión con la Mesa de Competitividad Láctea el humor no fue el mejor, la crónica tiene versiones cruzadas, según quien la cuenta. Se realizó el pasado lunes una nueva reunión de la mesa de competitividad láctea, y hubo un momento donde la alarma se encendió en el sector.
Mientras los productores fueron preparados para pedir una suba en el precio de la leche el presidente del CIL advirtió que la realidad del sector que representa no es el mejor y que hay serios riesgos de que algunas industrias ingresen en cesación de pagos, lo que cayó como un balde de agua fría sobre los presentes.
De inmediato los productores le pidieron una aclaración al respecto, y reconoció que tal vez fue un exabrupto de su parte ante la situación complicada que se está viviendo. En su aclaratoria bajó los decibeles y aclaró que la situación devaluatoria es complicada para las empresas con deudas en dólares, pero que no hay riesgo de default concreto en el sector.
Pero si todos creían que las sorpresas se terminaban ahí, un importante repredentante de la producción pidió la palabra y manifestó su disconformidad con lo que se estaba hablando y con un discurso encendido manifestó que si no se habla de precios la mesa no sirve para nada, ante lo que se retiró del lugar.
Pero las discusiones siguieron, la representante del gobierno cordobés en la mesa quiso dejar en claro que los números de cierres de tambos que se hablan en los medios no coinciden con los que maneja la provincia, según sus estadísticas, desde el 2014 hasta acá se cerraron en Córdoba 300 tambos.
Mientras se cruzaron cifras, se hicieron alegatos fuertes y hubo miradas duras entre actores, en algunos temas se avanzó. Las buenas practicás comerciales van por buen camino. El remito electrónico está listo para ponerse en marcha y el Banco Nación lanzará un crédito para tamberos UVA.
El clima no fue bueno, se nota que la situación está tensando las relaciones entre las partes que componen la mesa, con interpretaciones cruzadas luego de cada reunión, dependiendo de quién escucha lo que quiere escuchar, y transmite lo que quiere transmitir.
Fuente SRLC