La ausencia de las curtiembres los obliga a realizar gastos extra. Las entidades bancarias no reciben depósitos por caja. Y el alerta sanitario amenaza con parar plantas, que entrarían en cuarentena, ante un caso positivo. Algunas ya suspendieron la actividad.
Cueros y bancos son los temas urgentes para los frigoríficos santafesinos, además de otros problemas con los que tienen que lidiar al mismo tiempo como la amenaza de infecciones por coronavirus entre el personal y el cierre del mercado europeo. En cambio el control de precios -dispuesto ayer por Resolución 103 de la Secretaría de Comercio Interior- les resulta irrelevante, puesto que las empresas ya proveen la información requerida al Ministerio de Agricultura y Ganadería (y que se utilizan en SIO Carnes y en el Sistema Integrado de Gestión de Inocuidad y Calidad Agroalimentaria de SENASA) y a la AFIP mediante la facturación electrónica.
Sergio Rodríguez, presidente de la Cámara de Frigoríficos de Santa Fe (CAFRISA), reclamó atención de las autoridades para hallar una solución al dilema de los cueros, que hoy significa un costo extra ante la salida de las curtiembre del circuito comercial. En tales circunstancias deben correr con el gasto y el riesgo de salarlos (con el agravante de que no hay provisión de sal a raíz de la cuarentena) o, como está haciendo la mayoría, enterrarlos en una fosa sanitaria, que también representa un incordio oneroso aún más en aquellas firmas que no disponen de un terreno donde hacer una cava. “Creo que el gobierno tendría que enfocarse más en ver la forma de que las curtiembres solucionen el problema y retiren los cueros a los frigoríficos que ponerse a hacer control de precios”, sugirió.
Por otra parte, al relatar que la cadena de pagos en el sector está “muy complicada”, Rodríguez planteó que lo más grave es que por la inactividad de los bancos “las industrias no pueden hacer transferencias ni pagos de impuestos”. Se trata de acciones imposibles por cajero automático y las entidades “no están tomando los depósitos por caja”. Apuntó sobre todo al Banco Nación: “no entendemos por qué no lo solucionan”, dijo, mientras “hay algunos que los toman”. Por este motivo sostuvo que las usinas están evitando recibir valores porque no saben cuándo llegarán a cobrarlos. “Porque el carnicero tampoco puede ir al banco a depositar para cubrir sus cheques”, explicó. “Sabemos que algunos bancos llaman a los titulares a medida que entran cheques para que vayan cubriendo el descubierto”, agregó. Sin soluciones a la vista propuso, por caso, que los banco habiliten depósitos por caja mayores a $ 500.000 “para agilizar la cadena de pagos de la industria”.
Sobre el problema de los cueros, el presidente de CAFRISA remarcó que lo más difícil “es conseguir sal; no se consigue porque al no estar en el rubro alimenticio entonces los camiones con sal no pueden circular; eso debería corregir el gobierno para que se consiga el insumo”. Aún así el riesgo es alto, ya que -relató- deben destinar entre 5 y 6 personas a la salazón, una tarea para la que no hay mucha gente capacitada y mal hecha implicaría la descomposición y pérdida de los cueros. “Si se el cuero se solapa se empieza a echar a perder y termina siendo un doble gasto”, apuntó. Pero en realidad ni siquiera saben si alguien los retirará antes de los 6 meses de vida útil.
Rodríguez indicó que las curtiembres argumentan estar sobre estoqueadas para no retirar los cueros, pero desde las industrias consideran que se aprovechó la coyuntura. “Fue una jugada que le sirvió para aliviarse del stock de personal, además de la necesidad de no concentrar gente y correr riesgo de infecciones por coronavirus”. De todo modo consideró que “se juntaron varios factores”, entre ellos la desvalorización de la piel animal.
Sumado a esto el cierre de Europa y el alerta sanitario, Rodríguez confirmó que algunas plantas decidieron parar en Santa Fe. Si bien China se está reactivando, aclaró que hay firmas que sólo vendían hacia el Viejo Continente. “Esa planta hoy tiene que cerrar porque directamente no está pudiendo exportar”, dijo, y agregó: “la incertidumbre que tenemos todos es que no sabemos hasta cuando podemos estar abiertos porque si nos aparece un caso de coronavirus las plantas directamente se cierran en cuarentena”.
Finalmente, sobre la decisión del gobierno nacional de investigar el mercado de carnes en busca de infracciones a la Ley de Defensa de la Competencia, que se plasmó en la Resolución 103 de Comercio Interior, el industrial dijo: “nos llamó la atención porque esa información ellos la tienen; nosotros presentamos diariamente la faena que tenemos: cantidad de animales, peso y precio”. Incluso esa información se hace pública en el Sistema de Información de Operaciones de compra-venta de carne (SIO Carnes). También indicó que las autoridades obtienen los mismos datos que ahora requerirán en un nuevo formulario a través del Sistema Integrado de Gestión de Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SIGICA) de SENASA y de la AFIP mediante la facturación electrónica.
Fuente Campo Litoral