Se trata de un navío de tipo Ro-Ro, al que se recurrió como alternativa frente a las complicaciones logísticas de los barcos que tenían que tomar la carga. Así se logró no interrumpir el programa de envíos hacia Uruguay.
El flujo constante de mercadería y algunas dificultades logísticas derivaron en una curiosa postal en el puerto de Santa Fe: la carga de maíz partido a granel en un buque Ro-Ro, diseñado para el transporte de automóviles.
Se trata de un nuevo capítulo en la saga que ya acumula 12.500 toneladas de cereal despachados hacia Uruguay desde la terminal capitalina en los últimos dos meses. En rigor, el buque paraguayo “Incansable”, que hizo todos los traslados, también es un Ro-Ro pero su diseño lo disimula. En cambio el “Cap. Jackson”, de la misma nacionalidad, “es más nuevo, más vistoso y se parece a un ferri”, indicó el gerente comercial del puerto Nicolás Cassanello.
Este tipo de embarcación se la denomina Ro-Ro en tanto acrónimo del término inglés roll on-roll off, con el cual se designa a todo tipo de buque o barco que transporta cargamento rodado, tanto automóviles como camiones que pueden cargarse (roll on) o descargarse (roll off) por su propio rodaje.
En esta oportunidad, dijo Cassanello, estaba reservada la carga de unas 5.000 toneladas en dos barcos, el “Incansable y el “Intrépido” (otro que aún no amarró en el puerto local para cubrir la ruta hacia Uruguay), “pero por demoras en otros puertos que podían retrasar el programa de carga en Santa Fe decidimos salir del paso con este buque”.
La expectativa, detalló, es embarcar 2.000 toneladas de grano partido (500 menos de lo que cargan los otros barcos) pero eso se definirá según el comportamiento de la nave. “Vamos viendo cómo actúa la carga, no sólo por el espacio sino por el ritmo, que es un poco más lento, y cómo se da la estiba en la bodega”.
El ejecutivo indicó que la idea de recurrir al “Cap. Jackson” surgió del propio importador ante la necesidad de no discontinuar los envíos hacia Uruguay, donde los compradores “necesitan mantener este programa de carga, porque lo precisan los tambos, avícolas o porcinos que son abastecidos con este grano que sale de Santa Fe”.
La mercadería se está usando en destino para la formulación de alimento balanceado y “existen consultas permanentes de los compradores sobre cómo se viene dando el quebrado, la granulometría, porcentaje de grano entero; o sea, realmente el comprador necesita que la mercadería se ajuste a pautas que ellos solicitan”, detalló.
A futuro el programa está condicionado al nivel del agua y a la macroeconomía, “que esperamos que no sufra variaciones bruscas”. La expectativa es que los envíos continúen durante septiembre y octubre. Pero también será determinante lo que ocurra con la competencia: “el maíz paraguayo que desde hace unos años viene pujando con el argentino para abastecer a Uruguay”. De hecho la oportunidad para el producto local la generó la bajante del Río Paraná, que obstaculizó el tránsito de la mercadería paraguaya.
En los próximos días se espera el arribo de los otros dos barcos para mantener el flujo de mercadería y en la medida que se consolide el movimiento portuario no se descarta que pueda empezar a generarse un precio para los granos “puesto en Santa Fe”. Si bien Cassanello aclaró que no puede “dar certezas” al respecto, estimó que “al menos vamos camino a eso” por la dinámica que está teniendo la compra de grano y la continuidad de los embarques. “Nos puede colocar a lo mejor en algún momento en la fijación de precio Puerto Santa Fe; hablamos de maíz pero también de sorgo, de soja o de trigo”, dijo, siempre y cuando se consolide la reactivación y el posicionamiento del puerto “como una alternativa competitiva para el almacenaje del grano, servicios relacionados y, lo más importante, una salida redituable y competitiva por agua para empresas del centro norte provincial.”
Fuente Campo Litoral