Durante el mes de octubre ingresaron a los corrales 201.895 animales mientras que los egresos registrados ascendieron a 337.965 animales.
De acuerdo al último informe de ROSGAN, los corrales comienzan a vaciarse y la reposición resulta cada vez más cara. Los últimos datos de movimientos de bovinos publicados por la Dirección Nacional de Sanidad Animal del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA), durante el mes de octubre ingresaron a los corrales 201.895 animales mientras que los egresos registrados ascendieron a 337.965 animales.
Esto resulta en un índice de reposición – cociente entre las cabezas ingresadas y las cabezas egresadas en cada mes- del 0,60, el más bajo de los últimos cuatro años. Similar tendencia se confirma con los datos publicados por la Cámara Argentina de Feedlots que muestran un nivel de reposición del 0,65 contra el 0,89 de un año atrás.
Si bien la dinámica de llenado y vaciamiento de los corrales presenta una marcada estacionalidad, dentro de la cual estos meses son períodos de vaciamiento, la realidad es que la velocidad de vaciamiento este año se está dando de manera más acelerada. Sucede que durante gran parte del año los feedlots fueron severamente golpeados por el comportamiento de dos variables clave para el negocio como lo son el precio del ternero de reposición y el precio del maíz.
Sin embargo, en el caso del maíz, si monitoreamos la relación insumo/producto durante el mismo período, vemos claramente que lo registrado este año representa un récord absoluto dentro de la serie. Nunca antes el precio del maíz había alcanzado relaciones tan gravosas como las actuales. En lo que va del año la relación de compra se encareció un 30%, llegando a costar la tonelada de maíz unos 135kg de novillo.
Las perspectivas para ambas variables se muestran sostenidas en los próximos meses. El precio del maíz, tanto su valor internacional producto de la mayor demanda por parte de China, como su valor local en pesos con una moneda cada vez más devaluada respecto del dólar, mantendrán este insumo en valores locales relativos elevados, al menos hasta de ingreso de la nueva cosecha.
En cuanto al valor del ternero, se inicia un período en el cual la invernada tiende naturalmente a aumentar debido a la escasez de oferta estacional que se registra previo a la zafra. La disponibilidad de terneros en esta época del año -noviembre a enero representan apenas un 15% de la zafra total, claro que partiendo de una de las zafras más importantes de los últimos años con cerca de 15 millones de terneros.
Sin embargo, el mayor condicionante está dado por la cantidad de terneros que entregará la próxima zafra, la 2021. El stock de hembras cayó el año pasado en más de 500 mil vacas y unas 200 mil vaquillonas, lo que implica menor disponibilidad de hembras para servicio. Si a esto sumamos la seca que han sufrido los campos durante el invierno y por la que aún están transitando amplias zonas de cría, muy probablemente veamos reducir sensiblemente los porcentajes de parición con un aumento en la mortandad de terneros en lactancia. En suma, es muy factible esperar que la próxima zafra entregue cerca de 400 mil terneros menos, esto es, más de 15% de lo que ingresa todos los años a los feedlots.
Sin dudas -a pesar de la pandemia- la demanda externa sigue demostrando una gran firmeza. El número icónico del millón de toneladas exportadas parece ser cada vez más realista. En tanto que, el consumo interno ya poco terreno le queda por ceder, habiendo restringido su ingesta de carne a unos 50kg per cápita por año.
Fuente Campo Litoral