Un pequeño productor de Colonia San José, lindero al área metropolitana de la capital provincial, sufrió el robo de cuatro animales en 8 días. En todos los casos los llevaron vivos y los faenaron en las afueras de Santo Tomé. «De seguir así la situación, en poco tiempo terminan conmigo», lamentó.

Sergio Dusso produce 300 litros diarios de leche con 36 vacas en Colonia San José, pegado a Santo Tomé, en el borde del área metropolitana de la capital santafesina. Allí, sobre las 88 hectáreas que heredó de su bisabuelo -inmigrante italiano- vive y trabaja con su padre de 91 años, su hermano y su mujer.

A mediados de abril, en un lapso de 8 días sufrió dos robos que lo despojaron de una vaquillona, un novillito y dos terneras. Un poco por indignación y otro por desesperación decidió escribir un texto, casi pidiendo socorro. Como si fuera un mantra, una letanía, el escrito repite una y otra vez: «Ey! Tres poderes del Estado, escúchenme y ¡hagan algo!».
Una década atrás toda la familia había sido víctima de un violento robo. Hoy la zona parece liberada para el accionar de los malvivientes, que atacan por igual a sus vecinos en el campo y en el pueblo; situación que movilizó a la comunidad a principios de marzo.

En su relato, Dusso repasa los hechos sufridos recientemente y se sorprende de la impotencia que demuestran las fuerzas del orden. Ambos robos se hicieron de la misma manera: los delincuentes cortaron alambrados y se llevaron la hacienda a campo traviesa para sacrificarla en las orillas santotomesinas.

Al dar parte a la Dirección de Seguridad Rural «Los Pumas» tuvo que esperar que se seque el camino, tras apenas 10 milímetros de lluvia, porque no disponen de vehículos doble tracción. Cuando por fin llegaron, los uniformados siguieron el rastro hasta que «en el basural de Santo Tomé encuentran los mondongos». Entonces le reclama al Estado: «¿No sería mejor hacer operativos y allanamientos? porque sino la policía siempre va a estar para encontrar mondongos».

Como epílogo, el productor remarca que la sociedad parece estar dividida en «dos bandos»: por un lado quienes trabajan, producen y pagan impuestos; y por otro los que «hacen daño» como si fuera su trabajo. Y advierte a «los tres poderes del Estado» que «algún día, tarde o temprano, los mansos se cansan y va haber algún muerto de cualquiera de los dos bandos».

En diálogo con Campolitoral, Sergio Dusso explicó que la pérdida es mayor que el valor económico de los animales faenados. «Esas tres hembras que me llevaron son mi futuro trabajo, son madres que no voy a tener el año que viene o el otro». Aseguró que los ataques no son nuevos, pero nunca tan seguido. «De seguir así la situación, en poco tiempo terminan conmigo», lamentó. «Ahora, incluso, sobre la ruta hay asaltos a mano armada todos los días», agregó. Por eso, como en su escrito, insistió: «mi reclamo no es a la policía, pienso que es más arriba donde tienen que estar las órdenes de hacer algo».

El productor dijo que le sorprendió «cómo la Guardia Rural no tiene una camioneta 4×4». Y relató que los uniformados le dijeron que con lluvia no pueden patrullar porque con vehículos de tracción simple «se quedan empantanados en cualquier lado; me lo recalcaron ellos varias veces». Entre indignado y resignado, subrayó: «la Guardia Rural; eso es una vergüenza». Y por lo tanto se pregunta: «a quién vamos a llamar si nos pasa algo». Porque podría repetirse lo que ya vivieron en 2011, cuando delincuentes los asaltaron «a mano armada a mi y a mi hermano; nos tomaron de rehén y nos desvalijaron la casa». La crónica de aquel suceso da cuenta de la violencia que sufrió la familia. Aquella vez «había llovido también», advirtió Sergio, y lamentó que continúan «desamparados».

Sergio afirma que «la gente está cansada; si nadie nos defiende qué vamos a hacer, algún día algo va a pasar», en referencia al riesgo de la justicia por mano propia como respuesta a la inacción del Estado.

«Antes era una bendición estar cerca de la ciudad de Santo Tomé y Santa Fe, por cualquier cosa que se necesita; hoy es una desgracia», lamentó.

A continuación se transcribe el texto redactado por el productor:

A los tres poderes del estado, escúchenme y hagan algo.

Soy un pequeño productor agropecuario (Tambero) de Colonia San José, cerca de Santo Tomé, una localidad que dejó de ser tranquila, porque los hechos delictivos son cada vez más frecuentes.

El día 14 de abril me robaron una vaquillona de 350 kg, hice la denuncia como corresponde; 8 días después, el 22 de abril, me roban 3 animales más: un novillito de 150 kg y 2 terneras de 60 kg. Está vez de un corral a 20 metros de la casa, con la misma metodología delictiva: cortan alambrados y se llevan los animales vivos para matarlos cerca del basural de Santo Tomé. Son los mismos delincuentes que también le roban a los demás productores vecinos.

Eyyy tres poderes del estado, escúchenme y hagan algo.

Hago la denuncia y también llamo a la guardia rural «los pumas», que tuvieron que esperar que el camino se seque para poder llegar porque no tienen 4×4 y había llovido 10mm!!!! Los delincuentes andan igual con lluvia y truenos… La policía rural no tiene camioneta 4×4.

Eyyy tres poderes del estado, escúchenme y hagan algo!

Llegan por fin los Pumas, les indico cómo fue el hecho y se dirigen hacia el sitio por donde pasaron con los animales, siguen los rastros y en el basural de Santo Tomé encuentran los mondongos.

Eyyy tres poderes del estado, escúchenme y hagan algo!

No sería mejor hacer operativos y allanamientos? porque sino la policía siempre va a estar para encontrar mondongos.

Eyyy tres poderes del estado, escúchenme y hagan algo!

Parece ser que hay 2 bandos: los que trabajamos, pagamos impuestos, producimos algo y llegamos cansados a la noche, después de una larga jornada! Y el otro bando… Que no trabaja ni estudia, no produce nada y solamente piensa en hacer daño, porque ellos creen que ese es «su trabajo».

Eyyy tres poderes del estado, escúchenme y hagan algo.

Porque algún día, tarde o temprano, los mansos se cansan y va haber algún muerto de cualquiera de los dos bandos.

Eyyy tres poderes del estado escúchenme, dejen de estar cómodos y hagan algo.

Fuente Campo Litoral

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