El perjuicio que provocan los estruendos en las personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA) y otras discapacidades, pero también a los adultos mayores, mascotas y al medio ambiente en general; así como el peligro de la incorrecta manipulación de la pirotecnia que deriva en graves accidentes, son factores que nos permitieron reflexionar y crecer como comunidad.
Desde 2014 con la implementación de la campaña #PirotecniaCero y con la participación de distintas instituciones intermedias, se arribó a la ordenanza 1703/15 que establece:
- La pirotecnia afecta la audición, la salud y el bienestar de la población.
- Afecta a personas con trastornos del espectro autista (TEA). La contaminación sonora que produce la pirotecnia provoca ataques de pánico en jóvenes y adultos con autismo y asperger. Su hipersensibilidad provoca un alto nivel de nerviosismo y los lleva, en algunos casos, a autoinflingirse.
- También afecta a niños, adultos mayores y mascotas. Además de afecciones auditivas en humanos, el uso de pirotecnia puede generar taquicardia, temblores, falta de aire, náuseas, aturdimiento, pérdida de control, miedo y/o muerte.
- Puede producir daño a la integridad física de las personas que la manipulan o que están cerca.
- El uso de pirotecnia también ocasiona daños al ambiente.